Los manifestantes se congregaron frente al Congreso de la Nación para expresar su rechazo a la medida firmada por Javier Milei. La protesta se desarrolló mientras se llevaba a cabo el debate en la Cámara de Diputados sobre el futuro de dicha medida.
La situación se tornó tensa a medida que avanzaba la manifestación. En la primera línea de protestantes sobre la calle Entre Ríos, se vivieron discusiones internas sobre cómo proceder. Mientras algunos manifestantes optaron por insultar a los efectivos policiales presentes, otros se opusieron, argumentando que los uniformados "no son cómplices, están trabajando". Esta discordia entre los propios manifestantes reflejó la creciente presión y emoción en el ambiente.
Con el objetivo de prevenir posibles incidentes, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ordenó el retiro de 146 contenedores de basura ubicados en un perímetro de más de 50 cuadras alrededor del Congreso. La medida, ejecutada por personal de Espacio Público e Higiene Urbana, incluyó contenedores bilaterales, laterales y verdes para reciclables. Se espera que, tras el final de la marcha, estos contenedores sean recolocados en sus sitios habituales.
Minutos antes del inicio de la votación en Diputados, varios manifestantes comenzaron a hacer sonar sus cacerolas, un símbolo tradicional de protesta en Argentina. Además, se escucharon repetidos cánticos del himno nacional, que fueron acompañados por la multitud con fervor.
