Como anticipaban los movimientos que estuvo dando desde el 10 de diciembre,
cuando La Libertad Avanza consumó su gabinete y lo dejó afuera de la participación directa, Mauricio Macri quiere avanzar aún más sobre el gobierno libertario porque considera que la gestión de Javier Milei llegó a su "crash" con el fracaso de la ley ómnibus en el Congreso, que su comando sería lo único que puede rescatarlo y, de paso, que el PRO no caiga en la volteada.
"Prepárense que
viene el take over del gobierno", publicó el portal LPO que Macri escribió por chat a gente de su entorno, cuando LLA cayó en la cámara baja y el ómnibus no fue ni siquiera combi y directamente desapareció.
El ex presidente no quiere quedar como un traidor. Dice que le avisó a Javier que "iba a pasar esto". A criterio de justicia, según la información que su propio entorno hace trascender, hay tres verdades: que una parte del gobierno ya es suya, que quiere quedarse con todos los resortes centrales de gobernabilidad y que le avisó a Milei los riesgos que corría creyendo que podía gobernar como emperador.
Según Macri, Milei iba a
"un crash". Lo filtró la semana pasada. "No se apuren, está al caer la rendición", chateaba. Esa situación, también viene diciendo desde hace rato, pone al PRO ante un riesgo y una oportunidad.
El riesgo es que, con Patricia Bullrich, Luis Petri y otros cuadros intermedios en la gestión libertaria, el partido amarillo sea visto como parte del fracaso. La oportunidad es implementar el "take over", o sea tomarle el gobierno a Milei, y que entonces todo funcione. Ser el rescate.
LOS NOMBRES
Macri quiere volver a intentar que Milei le entregue la Cámara de Diputados, con
Cristian Ritondo como presidente, idea que fue el gran fracaso en el intento del ex presidente de influir en el entonces mandatario electo allá por los primeros días de diciembre.
"Cristian tiene que ser presidente de Diputados, con él este papelón no pasaba", dijo quien fracasó en su intento de volver a Boca Juniors anoche. El palo es
Martín Menem, pero sabe que Milei no está convencido de correr al riojano.
Para Macri, Milei no valora que el PRO aporta los votos en el Congreso. Pero el libertario sabe que con eso no alcanza y por eso le dio los cargos a peronistas como los cordobeses, los salteños o Daniel Scioli. Pero tampoco alcanzó. Y ahí el líder amarillo afila los dientes.
Por eso, en el macrismo están agazapados con que Milei avance con la venganza que ya sugirió que habrá contra los funcionarios de
Martín Llaryora y Gustavo Sáenz.
Macri quieren esos cargos pero también otros. Uno de los apuntados es
Nicolás Posse, literalmente el número tres de Milei, por los errores políticos y la gestión paralizada. El ex presidente quiere allí a
Guillermo Dietrich, quien milita más que Iñaki Gutiérrez en redes sociales por las ideas libertarias.
Para el Ministerio del Interior piensa en
Diego Santilli, cosa que implica la salida de
Guillermo Francos, otro peronista. Y en el Ministerio de Desarrollo Humano quiere a
María Eugenia Vidal, aunque también le agradaría que la coloque en la ANSES en lugar del schiarettista Osvlado Giordano.
El periodista Eduardo Feinmann criticó fuerte a Posse y
Santiago Caputo en estos días. Estos, cercanos a Milei, creen que el que las alimenta es Macri. "Dentro del gabinete dicen que si no mandan al banco a Santi Caputo y a Nico Posse, el presidente termina estrellando el gobierno", dijo el conductor de LN+.
Para Macri, las órdenes superiores de gestión no están funcionando y los ejemplos visibles que pone son los ministerios de Infraestructura y Capital Humano. En el primero ya hay un echado y se supone que lo tomó Toto Caputo. En el segundo todavía está
Sandra Pettovello, que tiene casa en Olivos con Milei. Difícil que Vidal llegue allí. Pero su militancia libertaria reciente sí la podría depositar en ANSES.