El ministro de Desregulación y Transformación del Estado,
Federico Sturzenegger, aprovechó el primer micrófono que se le cruzó en la noche del lunes para lanzar una serie de críticas contra todos los sectores y las contrapuso con efusivos elogios para el presidente
Javier Milei, situación que incluyó una embestida contra las universidades nacionales a partir de las ya tradicionales mentiras y una polémica metáfora que involucró a niños y adultos.
En una visita a TN, canal favorito del ex funcionario de
Fernando de la Rúa y de Mauricio Macri, dijo que implementarán un nuevo sistema de rendición del gasto para las casas de altos estudios, pero además también prohibiciones de gastos y hasta de establecimiento de convenios beneficiosos para el Estado, todo en una clara violación de la autonomía universitaria y de un cercenamiento de las libertades que tanto defiende el Gobierno.
En ese tren, Sturzenegger empezó mezclando lo obvio con frases conflictuadas con la semántica:
“Las universidades son autónomas y pueden gastar en lo que quieran. Pero el hecho de que decidan en qué gastar no quiere decir que tengan libertad sobre cómo gastar”.
En ese tren, enumeró: “Vamos a incluir los gastos de las universidades dentro del sistema de compras públicas y van a tener que ser transparentes. Los salarios van a tener que estar registrados en el sistema de gestión de gastos del sector público y vamos a prohibir los contratos interadministrativos entre el sector público y las universidades”.
La embestida de Sturzenegger contra la universidades se da en medio del conflicto con la UBA, a quien la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) busca auditar a partir del lunes 28 de octubre, pero la casa de estudios argumenta que el mecanismo viola su autonomía y es ilegal, por lo cual fue a la Justicia.
“La Universidad pública no es gratuita, es no arancelada, porque la tienen que pagar todos los argentinos”, embarulló el ministro de Milei, idea tan obvia como incluso militada en los pasillos de las universidades que el funcionario jamás pisó.
En esa línea, Sturzenegger amontó mentiras. Dijo que “a los docentes universitarios les dimos el mayor aumento salarial", cuanto el propio subsecretario de Políticas Universitaria reconoció que las subas salariales fueron a la baja respecto de la inflación provocando una pérdida de poder de compra interanual de entre el 20 y el 40% según el cálculo.
Luego atribuyó al gobierno de Milei una recomposición del "gasto de financiamiento que Sergio Massa y Alberto Fernández habían congelado". Es doblemente falso: primero, porque la actualización por inflación que hizo la gestión actual fue luego de que las universidades iniciaron el reclamo y realizaron la primera marcha masiva en abril, y segundo porque sólo se empató la capacidad de gasto que las casas de estudio tenían el año pasado con el gobierno anterior.
"Entonces el Presidente dice adónde va el resto de la plata, esos contratos que tiene la política, vamos a auditar eso”, mezcló inmediatamente después Sturzenegger.
Sobre el final de la entrevista con un complaciente Joaquín Morales Solá, defendió el veto de Milei a que los jubilados cobraran una mejor jubilación y a la ley para que las universidades empataran con la inflación, con una metáfora en la que comparó a diputados y senadores con niños y al Presidente con un "adulto" que los corrige.
Según Sturzenegger, el Congreso “operó como un niño” al autorizar gastos sin informar de dónde iban a salir los recursos, cosa falsa, pero se encontró con un presidente adulto, que sí tiene conciencia de los efectos de ser un irresponsable fiscal".
"La sociedad lo entendió y el Congreso también, porque pudimos sostener el veto”, cerró.