Martín Guzmán, el ministro de Economía en quien Alberto Fernández delegó la gestión y representación internacional de su Gobierno para corregir el impagable endeudamiento heredado que configura la mayor dificultad que enfrenta la Argentina, confirmó hoy dos elementos centrales respecto de ese objetivo: que espera que el nuevo programa con el FMI se firme en marzo o abril y que en ese camino buscará en el Congreso el apoyo de la oposición robustecer la postura de la Argentina.
Al participar de una cumbre internacional organizada por Eurasia Group, con foco en América Latina, el funcionario insistió en una hipotética firma del acuerdo para el tercer o cuarto mes del próximo año, cosa que ya había adelantado en otras expresiones públicas:
"Teniendo en cuenta las diferentes fechas, encontramos posible firmar un programa en marzo-abril”.
De todos modos advirtió que “no hay que atarse a un tiempo determinado”, ya que el verdadero objetivo es avanzar "a paso firme y la prioridad es hacerlo bien, a paso firme, más que rápido”.
Según publicaciones acerca del encuentro virtual, el ministro además ratificó que el nuevo programa con el organismo de crédito multilateral, como votaron de forma casi unánime los legisladores nacionales ante una iniciativa del oficialismo, deberá pasar por el Congreso para que sea confirmado y, así, lograr un mayor volúmen de apoyo político para cerrar las negociaciones.
“Vamos a enviar el programa con el FMI al Congreso. Eso no se hizo nunca. Queremos una legitimación y un respaldo amplio para que la estabilización económica sea una política de Estado”, dijo Guzmán en un evidente contraste con la gestión de
Mauricio Macri, que contrajo un endeudamiento histórico e impagable en las condiciones firmadas y, además, de forma unilateral e inconsulta por USD 45.000 millones, que se fueron en fuga de capitales en menos de un año.
El ministro cuestionó la "relación con el FMI con ciertas turbulencias" que hubo en el pasado, "en una secuencia de programas que no funcionaron" y enfatizó que "el último programa stand by entra en ese universo”. Recordó que luego de eso se produjo un crecimiento de la inflación en 2019 hasta el 54% y que el préstamo “fue visto por muchos como un préstamo político”.
Tras trazar ese panorama,
Guzmán pidió "mirar hacia adelante actuando con responsabilidad buscando cambiar el curso de estas historias" y aclaró que justamente "esa es la posición del Presidente (Alberto Fernández) y de (la actual titular del FMI, Kristalina) Georgieva”. Y concluyó: “Estamos trabajando de forma constructiva”.
2021
Tras la dificultades de este año, con pandemia, y con continuidad desde la recesión iniciada en 2018, Guzmán reforzó el optimismo exhibido en el Presupuesto para el año próximo y los números que muestran varios indicadores macroeconómicos:
“Vemos un horizonte de recuperación claro para 2021”.
Ante esto, explicó que “la recuperación es condición necesaria para la estabilización" y que "la consolidación fiscal tiene que ir a una velocidad consistente con la recuperación”.
"Se espera que en 2021 haya acumulación de reservas internacionales y una reducción gradual de la inflación; necesitamos ir acumulando reservas internacionales que nos permitan ir reduciendo los controles de capitales que son defensivos que se corresponden con una situación de emergencia, e ir hacia unas políticas macroprudenciales", expresó .
Según el ministro, los últimos meses mostraron "un panorama mejor, hay una recuperación cada día más sólida, ya que tenemos tres meses de actividad económica repuntando, la recaudación creció sobre la inflación en los últimos meses, y la brecha cambiaria se ha reducido fuertemente".
INFLACIÓN
Guzmán insistió en algo que viene diciendo vehementemente: que el índice de
"la inflación de noviembre -que se dará a conocer mañana- será mejor que la de octubre" y ponderó las mejoras observadas en el frente cambiario.
Quien tal vez es el ministro de Alberto más fortalecido después del primer año de gestión también detalló que
el plan para reducir la suba de precios para 2021, año que contendrá entre otros factores de dificultad los incrementos en las tarifas que en estos 12 meses de pandemia estuvieron congeladas, incluirá una combinación de políticas macroeconómicas y también el rol del Estado para lograr domar las expectativas, problema ampliamente debatido pero con poco éxito histórico para controlarlo.
“Si cada participante del mercado espera una inflación más alta, va a remarcar más alto. Nosotros, desde el punto de vista de las regulaciones de precios, buscamos esa coordinación de expectativas positivas, que van a jugar un rol importante en la búsqueda de reducir la inflación a un ritmo factible”, explicó el funcionario.
Además, criticó las estimaciones de las consultoras privadas que participan del REM, que da a conocer el Banco Central, y que están por encima de los datos oficiales. “Ha habido por parte del mercado una expectativa inflacionaria que no se ha correspondido con la realidad”, dijo, con tono amistoso.
El foco de ese mensaje a las consultoras tiene que ver con que la expectativa del REM para 2021 es que los precios suban un 50%, es decir al ritmo de los últimos dos años de Macri, mientras que el Presupuesto de Guzmán para el próximo calcula una inflación en torno del 29%.