Juan Sebastián "el enano" De Stefano es el hombre que puede llevar a Daniel Angelici a la cárcel si el escándalo de espionaje ilegal sigue destapando ollas de operaciones encargadas por la central de operaciones de inteligencias
. Los ex espías aseguran que la dirección de Asuntos jurídicos que este controlaba se convirtió en el corazón de la AFI y reportaba a Majdalani bajo la supervisión del Tano para seguir los operativos.
A De Stéfano le espera un largo interrogatorio después de la cantidad de veces que lo mencionó en su declaración del último viernes
en la bicameral el ex director de contrainteligencia Martín Coste, quien reemplazó en 2018 a Diego Dalmau Pereyra, sucesor del mítico Jaime Stiuso y otro de los detenidos, pese a los esfuerzos que hizo Sáenz en el Congreso para despegarlo del espionaje ilegal y a su enredada declaración que logró cansar a los oficialistas. "Era un profesional", repetían.
Ante los legisladores, Coste definió al amigo del Tano como un personaje central en la AFI macrista.
"La dirección de Asuntos Jurídicos siempre fue un apoyo de las otras áreas, con cinco empleados y dos abogados históricos de carrera, que eran Maritré y Padilla. Con Arribas se crearon como 30 direcciones y se convirtió en una base operativa", describió al portal LPO uno de los legisladores presentes en la bicameral.
Contó que ni bien asumió como director de contrainteligencia supo del espionaje al Instituto Patria y cuando le preguntó a Majdalani involucró a De Stéfano. "
El corazón de la agencia pasaba por la Dirección de Asuntos jurídicos y esa butaca se la dieron a Angelici", interpretan en el oficialismo.
Su misión, entienden, era lograr anclaje legal para los seguimientos a dirigentes, tal como se desprende de algunos audios de Ruiz que están en manos de Villena.
"Cualquier escucha o tarea de inteligencia necesita la orden de un juez y De Stéfano era el encargado de conseguirla", reconstruyen.
El nombre del ex director de Asuntos Jurídicos llegó a los medios hace un año, cuando el ex juez de Avellaneda Luis Carzoglio lo mencionó junto a Fernando Di Pascuale como los agentes de la AFI que irrumpieron en su despacho para exigirle que detuviera a Hugo Moyano
en una causa para la que también dieron la vía libre algunos funcionarios bonaerenses que luego fueron también espiados como el caso del exministro Cristian Ritondo.