A pesar de la evidente contradicción que genera haya sido su propio Gobierno el ejecutor del brutal recorte a la ciencia y la tecnología y que, incluso después de que estallara el caso, un ministro de su Gabinete haya puesto en dudas que se trate de un sector "prioritario" en la Argentina,
Mauricio Macri se colgó de su ajuste y de la indignación colectiva que se produjo y recibió en Olivos a Marina Simian, la científica que fue a un show de TV de preguntas y respuestas para conseguir los recursos que concursó y ganó pero el Estado le retacea.
Desde Casa Rosada sólo se limitaron a comunicar que "
Macri recibió hoy, en la Residencia de Olivos, a Marina Simian, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Nanosistemas y en la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)".
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo filtraron información, pero en este caso casi inesxistente: según difundieron,
fue una conversación "cordial" que se extendió durante 25 minutos y, como es obvio, hablaron de la investigación que encabeza Simian y de su participación en "¿Quién quiere ser millonario?", en programa televisivo en el cual ganó $500 mil.
Simian, junto a otros investigadores de la Universidad de San Martín, es una bióloga molecular que busca desarrollar tratamientos para el cáncer de mama mediante el uso combinado de drogas tradicionales y nanotecnología. Además integra equipos interdisciplinarios para la detección temprana de trastornos de aprendizaje.
“Todo lo que gané va a ser empleado en la compra de insumos para el proyecto de investigación.
Estamos muy cortos de plata para trabajar, tengo un subsidio grande ganado y el gobierno deposita el dinero a cuentagotas. Lo concursé en 2016, lo obtuve en 2017 y empezamos a cobrar el año pasado, pero nos vienen pagando de modo discontinuo. Debería obtener unos 320 mil pesos al año y nos mandan la mitad. Es todo muy difícil, tengo 5 becarios que necesitan trabajar”, contó Simian.
La investigadora expresó que "la decisión (de ir al programa de TV) de hacerlo fue un poco impulsiva y refleja la desesperación que se siente cuando tenés gente a cargo y no podés brindar las herramientas necesarias para poder trabajar", y agregó que "a largo plazo se hace insostenible” la situación.
Según explicó, el dinero obtenido en el concurso no alcanza para salvar sus líneas de trabajo por años, sólo es "una ayuda que oxigena". "Puedo salvar el año, al menos. Los insumos (medios de cultivo, anticuerpos) están dolarizados y con la devaluación la compra se ha convertido en todo una aventura. Comprarlos en Argentina sale tres o cuatro veces más que lo que cuestan afuera”, precisó.
“Si se siguen devaluando tanto como lo vienen haciendo desde hace un año y medio, realmente no tiene sentido que continúe mi trabajo como científica”, sostuvo, concluyente. En este sentido, continuó: "A pesar de que amo lo que hago y es lo que decido hacer desde hace décadas, la verdad es que me convendría más ir a trabajar a un colegio. Trabajar como investigadora es un esfuerzo grande, son muchas horas sentada, sola, leyendo, escribiendo y, además, requiere mucha disciplina y compromiso”.
En la misma línea, evitó definiciones políticas contundentes, pero liquidó a la administración macrista en materia de ciencia: "En estos años retrocedimos en todo sentido" (en el ámbito de la ciencia a nivel estatal).
"Nuestros sueldos, el financiamiento, todo está muy complicado. Espero que gane quien gane [las elecciones] revierta esta situación y si no, que nos digan hacia dónde vamos", finalizó con La Nación.
