A pesar del interés de
la mayor parte de la agenda mediática en el escándalo que significaría que los relatos de Oscar Centeno fuera verdad y, de esta forma, hubiera una importante trama de coimas recibidas por parte de exfuncionarios kirchneristas de manos de grandes empresarios o, por qué no, el foco en la detención del exvicepresidente
Amado Boudou por una condena de primera instancia en el marco de la causa Ciccone,
existe otra corrupción que multiplica de manera abismal el total de los dólares negros de los que habló el exchofer en sus cuadernos y los que investiga la justicia: la corrupción comercial privada.
Según un trabajo que se expuso durante el Tercer Encuentro de Periodistas sobre Flujos Financieros Ilícitos organizado por la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd) que reveló
Marcelo Zlotogwiazda en Infobae,
sólo la falsa facturación en el comercio internacional argentino como maniobra de elusión tributaria equivale a más de USD 24 mil millones (el 4,4% del Producto Bruto Interno nacional), es decir 150 veces los USD 160 millones que el fiscal Carlos Stornelli estima que engloba toda la presunta trama de corrupción relatada a través de los años que abarca el relato del chofer en sus cuadernos.
Si la comparación de este formato de corrupción privada se hace contra lo que formalmente figura en supuestos pagos de coimas en las fococopias de los escritos de Centeno, el ilícito privado es aún más impactante:
el comercio internacional argentino es 666 veces mayor de los USD 35.645.000 que el exchofer escribió en sus bitácoras Gloria.
La reunión Latindadd expuso un cuadro elaborado en base a datos de la CEPAL según el cual el flujo de plata negra que registró la Argentina el año pasado fue mayor a USD 11 mil millones. Según lo que la contadora argentina Magdalena Rua afirmó al mismo portal, una investigación revela que el 78% de los flujos financieros ilícitos de países en desarrollose entre 2003 y 2012 se realizaron falseando precios de transferencia.
"Los precios de transferencia son los valores que contabilizan las multinacionales para las operaciones que realizan filiales radicadas en distintos países, y su manipulación tiene como objetivo reducir el pago de impuestos", explica el artículo.
Por otra parte, y para dimensionar el peso de la corrupción privada -al menos formalmente- frente a la pública -y más "hablada"-, las estimaciones oficiales señalan que los argentinos tienen fuera del sistema financiero más de USD 250 mil millones. Más del doble de lo que se blanqueó al comienzo del gobierno de Mauricio Macri -con su familia incluida en esa operatoria-, y poco frente a las estimaciones alternativas que elevan esa cifra al doble.
Para tener aún más en cuenta el valor y la magnitud del delito privado, a pesar de que eso no signifique desestimar el accionar ilícito de los políticos,
dos años atrás el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefidar) estimó que sólo el 5% de los fondos fugados tienen como origen hechos de corrupción gubernamental. El 31% surge de actividades criminales (narcotráfico, venta de armas, etc.) y
un significativo 64% sale de maniobras destinadas a evadir o eludir el pago de impuestos, como por ejemplo la sobre y subfacturación de operaciones de comercio exterior.
Curiosamente,
la Cefidar dejó de funcionar debido a que las nuevas autoridades de la banca pública de Cambiemos le retiraron el financiamiento. El mismo espacio político encabezado por el presidente Mauricio Macri, quien está involucrado junto a diversos funcionarios de la actual gestión en los Panamá Papers, los Paradise Papers y otras investigaciones que abordan delitos en principio de corrupción privada, con las off-shore como estrellas, pero que de todos modos podrían tener un vínculo entre la actividad empresarial y la tarea política de los mencionados dirigentes.