"Si quieren investigar en historia medieval que lo hagan, en las universidades. El Conicet no es una agencia de empleo, no puede ser que miles de becarios vean al Conicet como la única alternativa para una carrera estable", dijo el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, durante una entrevista a la Revista Noticias y las respuestas no tardaron en llegar. El repudio a la idea del funcionario recorrió el mundo y ahora los científicos hacen pública su postura con más de mil adhesiones en donde califican de “despropósito” la postura.
Según marcan en una carta que dieron a conocer dos de los más distinguidos medievalistas de la actualidad, Chris Wickham (Oxford) y Jean Claude Schmitt (EHESS, París) “difundieron activamente la denuncia alarmados por las nefastas consecuencias que la medida tendría en los estudios de Argentina y América Latina”.
Por su parte Roger Chartier (Collège de France) manifestó un sentir general diciendo que
“la ignorancia de los tecnócratas no tiene fondo”. En tanto, desde Princeton, en Estados Unidos, el bizantinista John Haldon ha preguntado si podía enviarle una carta a Barañao explicándole la importancia que tienen los estudios medievales.
Otro de los catedráticos que se manifestaron al respecto fue José María Mínguez Fernández, de Salamanca
: “El proyecto del Ministro argentino me parece una manifestación de ignorancia en cuanto desconoce la larga tradición investigadora de los medievalistas argentinos y la proyección internacional que esa investigación tiene en todo el ámbito científico, sobre todo europeo. Me adhiero por tanto a la reivindicación planteada por ustedes”.
Las y los peticionantes provienen de todas partes del mundo: Gran Bretaña, España, Francia, Brasil, Estados Unidos, Chile, México, Canadá, Italia, Bélgica, Suiza, Austria, Rusia, Alemania, Grecia, Israel, Dinamarca, Bosnia, Croacia, Hungría, Colombia, Uruguay, Holanda y con uno Rumania, Luxemburgo, Polonia, República Checa, Turquía, Perú, Portugal y Costa Rica.
“Lógicamente, los investigadores de nuestro país han sido la mayoría, aunque con ellos sobreviene un cambio: mientras entre los adherentes del extranjero predominan los medievalistas, entre los argentinos se destacan los dedicados a la historia local. Aun así es numerosa la presencia de nuestros medievalistas”, indican en el texto elaborado por las y los académicos Laura da Graca, Corina Luchía, Paz Estévez, Mariel Pérez y Carlos Astarita.
