Hace 13 días, Sofía Delgado salió a comprar a un kiosco a unas cuadras de su casa en San Lorenzo, Santa Fe, y no volvió. Desde el 30 de octubre, su familia no sabe nada sobre ella. En las últimas horas hubo avances en la investigación: detuvieron a una pareja y se hallaron manchas de sangre en una campera y juguetes de sadomasoquismo que podrían estar vinculados con el caso.
Un hombre de 35 años y una mujer de 29 fueron capturados en una casa en la ciudad de Pergamino, Buenos Aires -a casi dos horas de San Lorenzo, Santa Fe, donde vivía la víctima- durante distintos allanamientos en simultáneo.
El operativo contó con el apoyo de la brigada canina de los bomberos Zapadores. Primero hubo una inspección ocular por las dos habitaciones, la cocina, el comedor, el patio y dos baños. Luego comenzaron el rastreo con uno de los perros, que marcó insistentemente un mueble ubicado en uno de los baños. Allí los detectives encontraron ropa envuelta entre sábanas, entre ellas, una campera blanca y negra con una mancha roja. Tras analizar con luminol la prenda, confirmaron que se trataba de fluidos biológicos. La campera fue secuestrada y llevada al laboratorio ante la posibilidad de obtener datos de interés para la investigación.
Otro detalle que llamó la atención de los detectives fue la presencia de juguetes sexuales relacionados con prácticas de sadomasoquismo. Fuentes de la investigación confirmaron a TN que Sofía conocía al sospechoso detenido y sugirieron la posibilidad de que tuvieran una relación oculta.
En el lugar además se secuestraron celulares, un pendrive, disco rígidos y dos notebooks. De igual modo, a partir de la pista de que Lucía pudo haber sido asesinada y luego enterrada, hubo un rastreo en el pozo séptico de la vivienda que dio negativo.
Antes de que el teléfono dejara de emitir señal, la joven le envió un mensaje a su pareja, Lázaro Romero, pero después de tomarle declaración y corroborar su coartada, el fiscal afirmó que no había indicios que lo vincularan con la desaparición de su novia.
Carlos Ortigoza, fiscal del caso, ordenó también procedimientos en una propiedad ubicada en Hipólito Yrigoyen al 2700, en San Lorenzo, y otro en Puerto San Martín, una localidad cercana y donde el teléfono que pertenecía a la joven tuvo actividad por última vez, antes de que se le perdiera el rastro.