30.10.2024 / Navidad Maradoneana

Diego Eterno: en su cumpleaños 64, Maradona y sus mejores frases, su pensamiento político y su mirada sobre la ultraderecha

El astro argentino cumpliría 64 años este miércoles y el mundo entero lo homenajea. Nadie discute su grandeza, aunque los “peros” empiezan a aparecer en su claridad y desenfado para posicionarse políticamente. Los gestos y frases más importantes de la vida del Diez eterno.

por Morena Marcos




El pensamiento político de Diego, al igual que su abierta simpatía con Néstor y Cristina Kirchner desorientaban a la derecha en su posicionamiento frente a un ídolo popular, irrefrenable, incansable y de alcance mundial que era imposible no querer.

Sin embargo, en el afán por “despolitizar” o “desideologizar” al Diego, la antipolítica tiene que hacer malabares en un equilibrio casi imposible de lograr, por “reconocer al ídolo” sin ideología mediante.

Es cierto que Maradona brilló en el principal escenario, que es el juego. Y brilló tanto, que en todos los demás fue lo opuesto a lo que exigía el mercado, los medios, la opinión pública, la hegemonía discursiva: fue implacablemente crítico contra la burocracia que dirige el fútbol mundial y se posicionó firme en las principales causas populares; en contraposición al mundo de los grandes negocios que se veía obligado a reconocer lo que ya era innegable a su pesar. Diego se convirtió en una marca, en una firma, en una inmensidad que lo abarcaba todo.

El barrilete cósmico era peronista por carácter, por herencia y por fe. Él mismo creó discursos y sentidos acordes a su convicción, siempre de la mano con su palabra. Nadie “resiste archivo” político como él. Su fervor político por Latinoamérica, por los líderes populares de la Patria Grande, por la figura de Néstor y Cristina (“…Voy a ser cristinista hasta los huevos”). Maradona le marcó el norte a la sociedad sobre la política, y la derecha tuvo que admirar su gambeta y su virtud futbolística a regañadientes; y frente al desafío de disociar todo lo demás.

Un claro ejemplo de esto último fue la conferencia en que el vocero presidencial, Manuel Adorni, fingió demencia el Día del Zurdo con un “name dropping” de zurdos célebres, que no tardó en dejarlo mal parado por ignorar al Diez. Spoiler alert: tuvo que retroceder, como se dice popularmente, “en chancletas”.

Los posicionamientos políticos de Maradona siempre hacían ruido, eran contundentes y sin contrasentidos, de la mano con el timing impecable del Diego, que conocía bien los dientes del engranaje de la industria mediática. Odios y amores disparados por las fotos del máximo astro del deporte más popular, abrazado con Fidel, Chávez o Néstor y Cristina.

Todos los GPS del sistema hegemónico se ponían a recalcular al millonario y célebre prócer de todas las causas populares. Porque no intelectualizaba, ni complejizaba, hablaba desde la intuición, desde la experiencia, desde su cuna humilde, desde su originaria familia de trabajadores. Todas sus reflexiones políticas provenían de algún recuerdo de su infancia, de su casilla de Villa Fiorito, de la panza de su mamá con hambre, de sus muchos hermanos durmiendo en un mismo cuarto.

Esa referencia a sus orígenes en Fiorito se reitera en varias de sus declaraciones públicas: “la época que fui más libre fue cuando vivía en la villa”. Sus acciones políticas y sus argumentos provenían de su entraña, de su historia, que vivió con intensidad, como lo vivía todo. Sus expresiones políticas, en su mayoría, iban de la mano con eso, gestos emotivos, un abrazo, un beso, o decir que Fidel era su segundo padre y Chávez su amigo y maestro, o besar el busto de Néstor cuando entraba a la Rosada.

MARADONA: HECHOS POLÍTICOS Y FRASES MÍTICAS

Maradona visitó la Casa Rosada en varias oportunidades, pero una de las primeras veces fue junto a Alfonsín, tras ganar la Copa del Mundo en México ‘86. Al morir el primer presidente del regreso a la democracia, Diego expresó que “hizo cosas buenas y malas, pero se la jugó".



Un año más tarde, se daría el primer encuentro de muchos con Fidel Castro. Diego Maradona visitaba La Habana para recibir el premio al Mejor Deportista Latinoamericano del año ‘86 que entregaba la agencia Prensa Latina y fue el principio de una gran amistad. Desde entonces, El Diego siempre se inclinaría por los gobiernos populares de Latinoamérica.



Tiempo después llegaba a la Casa Rosada Carlos Menem, lo que dio lugar a otro de los momentos más famosos del Diez y sus vínculos políticos: Maradona compartió un partido amistoso con el caudillo riojano que recién llegaba al sillón de Rivadavia. Fue  el 22 de julio de 1989 en Vélez ante 40 mil personas.

Más tarde, su relación con el presidente del neoliberalismo, se marcaría por múltiples idas y vueltas, que tuvieron mucha relación con su profunda crítica al menemismo. Sin embargo, y en particular sobre su relación personal con el ex presidente, hay que destacar que en su autobiografía (Yo soy el Diego) escribió entre las dedicatorias: "Me ayudó a cambio de nada".



Empero, a partir del ‘95 los coletazos y estragos de “la fiesta menemista” se empezaban a sentir: la desocupación, las denuncias de corrupción, la inflación, el riesgo país y el ajuste eran moneda corriente en la agenda argentina. Maradona se mostraba entonces con una remera con la leyenda “Gracias Mingo por cara de tortuga”. “Mingo” era el ex ministro de Economía Domingo Cavallo y “cara de tortuga” era Bernardo Neustadt, uno de los salpicados por las denuncias de Cavallo a Alfredo Yabrán.




En ese contexto, llegaba Mauricio Macri a Boca Juniors. Dos años después, en 1997, Diego bautizó al entonces presidente del club xeneize, como “Cartonero Báez”, en medio de una pulseada que encabezaba él mismo como capitán del equipo. Poco tiempo después serían enemigos para siempre. Los paralelismos con los recientes hechos que tuvieron a Juan Román Riquelme como protagonista de una disputa contra la lista macrista en las últimas elecciones del club, son imposibles de eludir.



Luego, en pleno auge del kirchnerismo en Argentina y con la construcción de la “Patria Grande” en alza, Maradona se planta, definitivamente, como militante del modelo nacional y popular a nivel regional, y participa del "No al ALCA" en las Cumbres de las Américas en Mar del Plata.




En ese orden, ya durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Diego se había definido como un férreo defensor del kirchnerismo. Ante la muerte de Néstor Kirchner, se apersonó en Casa Rosada para expresar sus condolencias y desde entonces el vínculo con el espacio político se fortaleció.



Algunos años después, en el marco del Mundial de Brasil 2014, El 10 trabajaba para la cadena TeleSUR, en “De Zurda”, un programa que compartía con Víctor Hugo Morales y que dejó múltiples joyas de archivo sobre Pelusa. Una de esas joyas, proviene del backstage, donde en un video íntimo a bordo de un micro, se lo ve cantando a viva voz las estrofas de la Marcha Peronista.



Entre los hechos más recientes, en 2019, a poco de haber asumido como presidente Alberto Fernández, Diego fue convocado a la Casa Rosada para un encuentro mano a mano. Y se animó entonces, a salir a saludar al balcón más característico del peronismo y dejó una imagen que quedará en la memoria de todos, donde se lo ve con una amplia sonrisa y los dedos “en V”.



Finalmente, entre las últimas expresiones políticas del Diego, podríamos destacar sus dichos en medio de la pandemia, cuando el Gobierno de Alberto Fernández, proponía mitigar las consecuencias de la inactividad y el retroceso económico que dejaba la pandemia, con el “aporte solidario”, apuntando así a los sectores populares, que eran los primeros en sufrir las consecuencias del brote de coronavirus. En ese posteo, Diego Armando Maradona le pedía “a Dios” por la aprobación del Aporte Solidario, iniciativa para asistir a los sectores más vulnerables por medio de un impuesto a las grandes fortunas.



Era millonario. Sí. Pero no era desclasado. “Yo puedo decir cómo hice la plata, si alguno de los que viven acá también lo dice, saco el camión”, respondió cuando en su casa de Barrio Parque lo denunciaron por “las fiestas” que hacía”. “Negro con plata”, decían las “señoras bien” que componían su nueva vecindad. Pero lo que no entendían era que para Maradona eso era un halago y sólo le quedaba levantar la vara.

Había que tener inteligencia pragmática y emocional para jugar y para opinar como Maradona. Talento, gracia, retórica. Como Juan Domingo Perón, Hugo Chaves, Fidel Castro u otros líderes, El Diez dejó frases que se convirtieron en saber popular: “se le escapó la tortuga” o “le toman la leche al gato”, “si lo veo en el desierto, le tiro una anchoa”, “creéme que me cortaron las piernas”, “la pelota no se mancha”, etc. Cuando no lo dejaron entrar a Japón, les dijo: “no me dejan entrar porque consumí droga, pero se abrazan con los gringos que les tiraron dos bombas atómicas”.

EL D10S DE TODOS Y TODAS

Alguna vez dijo que él y su familia eran peronistas, lo que tiene un sentido viniendo de una familia vulnerable en Argentina. Tal vez, esto no lo sabía el pintor que plasmó la imagen de D10S en las ruinas de una ciudad bombardeada en Siria, o para los napolitanos que lo lloraron tan acongojados como se lo lloró en su país natal.



La celebridad de Diego Maradona es mundial y él estructuró y elaboró una imagen lo suficientemente genuina, popular y empática que es fácilmente acercable (si se permite el neologismo), en cualquier parte del mundo para apoyar cualquier lucha contra la desigualdad, la pobreza y las injusticias. Ese Diego es otro de sus legados para honrar al Pelusa de Villa Fiorito.