25.06.2024 / Energía

Escandaloso: Milei paga el gas boliviano más del doble que el gobierno anterior por frenar obras en gasoductos

La gestión libertaria tuvo que firmar nuevos contratos con Bolivia para proveer de gas a siete provincias del centro y norte del país, a precio exorbitantes. Desde Energía remarcaron que el sobrecosto lo absorberá Enarsa para ser computado como subsidios. Pero es por frenar las obras en gasoductos.





Ante la decisión de paralizar obras claves de infraestructura vinculadas al sector energético, el Gobierno se vio obligado a importar combustible y a pagar un valor cuatro veces mayor que lo que se paga por el gas que se extrae en Vaca Muerta. 

La gestión libertaria tuvo que firmar nuevos contratos con Bolivia para proveer de gas a siete provincias del centro y norte del país, a precio exorbitantes. Mientras el gas de Vaca Muerta se paga USD 4.5 MBTU en invierno, y el GNL importado cotiza por debajo de los USD 12, el Gobierno le va a pagar la friolera USD 21 MBTU a Bolivia durante septiembre. Es decir que más que cuatriplica el precio del gas local que no puede capitalizarse por la falta de infraestructura.

"El precio es una locura, carísimo", reconoció al portal La Política Online (LPO) una fuente de la Secretaría de Energía que explicó que esa es la razón por la cual no es posible trasladarlo a tarifas. "Sería una masacre, nos lleva puesto", precisó la fuente.

Desde la cartera que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo remarcaron que el sobrecosto por el gas importado lo absorberá Enarsa para ser computado a la cuenta de subsidios del Tesoro Nacional. "No se traspasa a la demanda", enfatizaron. 

El interrogante que se abre es sobre la meta fiscal comprometida a partir del impacto de estas importaciones, calculadas en más de USD 2000 millones. Desde el gobierno afirmaron a LPO que "la cuenta de subsidios igual cae porque hay más gas que el año pasado y bajaron precios internacionales, y hay más agua".  Paradójicamente, el gobierno reconoce los beneficios del gasoducto Nestor Kirchner. Resta ver cómo afecta a la cuenta capital en términos de reservas.

El gasoducto norte fue planificado originalmente para importar gas de Bolivia, pero el declive de la producción hidrocarburífera boliviana y el boom de Vaca Muerta que hoy produce más que todo el país vecino, urgieron a revertir la dirección del flujo gasífero para asegurar el abastecimiento en la región norte del país y poder exportar gas a precios super competitivos a San Pablo, el corazón industrial de Brasil.

El proyecto original consta de tres obras diferentes, una de las cuales es la construcción del tendido de 123 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota. Las restantes son la ampliación de 62 kilómetros del Gasoducto Juana Azurduy y la reversión del sentido de inyección de gas en las plantas compresoras de Ferreyra y Deán Funes, Lavalle en Santiago del Estero y Lumbreras en Salta. Se estimaba para la finalización de la obra, un plazo de 5 meses de los cuales ya pasaron mas de 6.

La obra de reversión del gasoducto norte está presupuestada en USD 710 millones. La iniciativa cuenta con financiamiento parcial de un crédito de la CAF por USD 540 millones, aunque cotizados al tipo de cambio oficial de la época de Massa cuando estaba en 350 pesos. Sobre la diferencia de USD 170 millones, se contemplaba originalmente contar con los fondos de Cammesa.

En rigor, esta obra proyectada a realizarse en 5 meses se frenó tras el cambio de gobierno. Apenas asumido, Chirillo declaró desierta una licitación clave para la obra. Pasado más de un semestre, el nuevo proceso tiene uno de los tramos con obras apenas iniciadas y otro con la adjudicación resuelta recién a comienzos de mayo pasado.