El ministro del Interior, Guillermo Francos, recibió este miércoles a la tarde a una delegación de la CGT en Casa Rosada, con el objetivo de desactivar el nuevo paro general de la central obrera que será debatido pasado mañana. Se trata de la primera reunión oficial entre ambas partes.
El encuentro fue pautado a agenda abierta aunque dos temas centrales concentran la discusión: el alcance de la reforma laboral que el Ejecutivo pretende que convalide el Congreso y la apuesta del Gobierno de imponer un techo a las paritarias.
Después del conocido el DNU, la central obrera impugnó el capítulo laboral ante la Justicia por considerarlo inconstitucional y se abrió una etapa de fricciones con el Gobierno que incluyó el paro con movilización del 24 de enero pasado y que este jueves, en una reunión de la conducción cegetista, podría llevar a una huelga de 24 horas.
El sector más combativo de la CGT impulsa un paro general antes de la movilización a la Plaza de Mayo proyectada para conmemorar el Día del Trabajador, pero la fracción dialoguista es partidaria de concretar una huelga recién después de esa concentración para “medir la fuerza real” del malestar de los trabajadores contra las políticas dispuestas por el Gobierno.
Al encuentro con los funcionarios de Milei fueron citados los miembros del triunvirato de conducción que componen Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, y los dirigentes Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Cristian Jerónimo (vidrio) y Jorge Sola (seguros).
A su vez, están presentes la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, quien mantuvo en los últimos días una serie de contactos informales con Martínez y otros jefes cegetistas. En esas charlas los sindicalistas hicieron hincapié en la necesidad de articular algún canal de diálogo institucional para intentar contener la escalada de tensión en la relación entre la Casa Rosada y la central.
La coincidencia temporal de la convocatoria de Francos a una reunió con la central obrera generó suspicacias entre los jefes sindicales sobre una maniobra oficial para desactivar una eventual medida de fuerza.
"Vemos que hay un cambio de gesto oportuno, pero cualquier decisión depende de la actitud del Gobierno y no de nosotros", afirmó a Clarín uno de los dirigentes que acudirá a la reunión de mañana en Casa Rosada en referencia a la posibilidad de postergar la definición de un paro.