El presidente Alberto Fernández se reunió con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en la embajada de Argentina en Roma en el marco de la cumbre del G20, por la negociación por la deuda que tomó la gestión de Mauricio Macri y el pedido de reducir los sobrecargos que pagan los países deudores.
"Tuvimos una buena reunión con el Presidente. Hemos conversado sobre la situación económica en Argentina. Se reunieron nuestros equipos económicos para lograr un progreso en nuestra relación”, reveló la titular del FMI luego de la reunión. Y añadió:
“Los dos equipos van a reunirse y van a revisar cuidadosamente lo que debe hacerse”.
De esa reunión participaron también el canciller Santiago Cafiero y el ministro Martín Guzmán. A la vez, fue de la partida el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz.
Tras el encuentro, Cafiero sostuvo: “La deuda no puede ser un ancla para la recuperación de la Argentina, por eso necesitamos llegar al mejor acuerdo posible”.
“En todas las reuniones bilaterales, el Presidente hizo hincapié en lo que está creciendo la Argentina, con 10 meses consecutivos de aumento de exportaciones, que septiembre es mes récord. Intentó demostrar que el camino es el adecuado", reveló el canciller argentino.
Por su parte, el titular de la cartera económica definió la reunión como
“constructiva” porque ambas partes buscan “construir entendimientos” para llegar a un acuerdo.
Se trata del segundo encuentro que el Presidente mantuvo con la representante del Fondo en menos de seis meses, luego del que registraron -también en Roma- el pasado 14 de mayo. En aquella oportunidad coincidieron en llegar a un acuerdo “lo más rápido posible” sobre la renegociación de la deuda, sin que se le “exija mayores esfuerzos al pueblo argentino”, según le planteó el mandatario en el encuentro.
Fuentes del Gobierno le habían anticipado a Ámbito que en el cónclave con el organismo internacional apuntaba a reforzar la misma estrategia que en otras ocasiones, esto es, que el FMI reconozca no sólo su participación decisiva y discrecional en la concesión del préstamo de USD 44.000 millones, sino también el carácter de excepcionalidad.
Para ponerlo en los términos que suele utilizar uno de los artífices de la negociación,
el Gobierno considera que sólo será viable una propuesta de equidad de punto de partida en la negociación. Es decir, que si el gobierno de Fernández se hace cargo de la deuda que tomó el ex presidente Macri, la burocracia del FMI y, quizás, en menor medida el gobierno de EEUU, reconozcan la inédita e irregular gestión en la concesión del préstamo que llevó a cabo Christine Lagarde por recomendación del ex representante de los EEUU en el FMI, Mauricio Claver Carone (hoy titular del BID).
Según trascendió en los últimos días, hasta ahora, las ideas del Gobierno no habrían impactado de lleno en la agenda del board del Fondo, que liderado por Estados Unidos, Alemania y Japón, pareciera no estar dispuestos en lo inmediato a rebajar los sobrecargos o sobretasas. En esa línea, sostiene que los plazos que exige Argentina tampoco están previstos en los estatutos del organismo. A esa pantanosa ecuación hay que sumar que Georgieva, de buena relación con Alberto Fernández, pareciera ahora menos predispuesta a dar lugar en la negociación a cuestiones que no sean estrictamente ordinarias para la burocracia del organismo, algo afectada políticamente por su investigación con China.
Argentina tiene vencimientos de deuda con el organismo por 17.800 millones de dólares en 2022, US$ 18.800 millones en 2023 y US$ 5.000 millones en 2024. Ya el 22 del mes pasado la Argentina canceló con el FMI una deuda por US$ 1.880 millones que se cubrieron con los Derechos Especiales de Giro (DEG), los que llegaron el 23 de agosto último como parte de la asistencia del Fondo por la pandemia a sus países miembros, equivalente a USD 4.334 millones.
Para lo que resta del año, el Gobierno debe pagar USD 400 millones en intereses el mes próximo y otros USD 1.880 millones el 22 de diciembre.
Para no caer en default, el país necesita evitar el vencimiento de marzo próximo que viene con un nuevo programa ya firmado. Será el primero de los vencimientos de un total de USD 19.000 millones que habrá que desembolsar en 2022.