Finalmente, Rodolfo García, el histórico baterista del rock argentino, murió hoy martes a la 1.30 como consecuencia del ACV que lo dejó en estado de muerte cerebral el miércoles pasado, causando dolor no sólo en la comunidad del rock de la Argentina sino de la cultura en general.
El miércoles 25 de abril se había desvanecido en su casa. Por eso lo trasladaron de urgencia al Hospital Tornú. Allí fue operado, pero el diagnóstico de muerte cerebral resultó irreversible. Casi una semana después, falleció y no hay consuelo alguno, aún ante lo previsible.
García supo construir una trayectoria tan extensa como intachable. Arrancó en su adolescencia, cuando a los 17 años cursaba la escuela industrial en el Manuel Belgrano de Floresta a la vez que trabajaba en un taller mecánico. Por ese entonces conoció a un muchacho flaco de 13 años, que concurría al San Román y vivía cerca de su casa. Era un tal
Luis Alberto Spinetta. Se unieron por la música y la amistad para siempre.
Juntos, y a través de la fusión de bandas, formaron Almendra con
Emilio del Guercio y Edelmiro Molinari. Nacía un hito de la música argentina.
García luego formó y tocó en
Aquelarre, Tantor y Jaguar, entre otras formaciones. De los últimos tiempos se recuerda cómo estuvo tremendamente emocionado cantando “Muchacha ojos de papel”, decenas de veces. La más inolvidable, claro, fue durante el segundo regreso de Almendra en el glorioso Vélez con
Las Bandas Eternas de Spinetta en diciembre de 2009. También grabó el último disco solista del Flaco:
Los Amigo.
Un dato que se conoce menos pero es central para conocer la mirada colectiva general de Rodolfo García tiene que ver con sus convicciones políticas.
Por ese compromiso con el otro fue nombrado Director Nacional de Artes bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, en 2014.
También fue parte fundamental de la reapertura de La Perla de Once, en 2010. El baterista trabajó en la difusión en medios de comunicación, donde su última incursión fue en el programa Mundo disperso, que compartió en los últimos tiempos con
Pedro Saborido y Daniel Miguez, primero en la AM 750 y luego en Radio Nacional.