Finalmente llegó el día y el presidente
Alberto Fernández llenó de color verde al Día de la Militancia para una causa que vino de la mano, valga la redundacia, de años de intensa militancia: anunció que enviará este martes a la Cámara de Diputados el proyecto para despenalizar y legalizar el aborto y el llamado Plan de los 1000 días, de acompañamiento de la maternidad en situación de vulnerabilidad y hasta los tres primeros años de vida de niños y niñas.
Con un breve mensaje de poco más de siete minutos, grabado y difundido en redes sociales, el mandatario difundió el anuncio tan esperado que rápidamente fue festejado en las calles y que había sido una promesa de campaña, elemento que el propio Alberto destacó en sus palabras.
"En el día de hoy enviaré al Congreso de la Nación para su tratamiento dos proyectos de ley para que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral", anunció el Presidente en un discurso en el que hizo mención a las convicciones que lo movieron para avanzar en este camino.
La primera iniciativa
"legaliza la interrupción voluntaria del embarazo y garantiza que el sistema de salud permita su realización en condiciones sanitarias que aseguren su salud y su vida", explicó Fernández, mientras que la segunda
"instituye el Programa de los Mil Días con el objeto de fortalecer la atención integral de la salud de la mujer durante el embarazo y de sus hijos e hijas en los primeros años de vida".
Alberto aseguró que su convicción respecto al tema siempre fue pública y significa que "el Estado acompañe a todas las personas gestantes en sus procesos de maternidad pero también estoy convencido que es responsabilidad del Estado cuidar la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo durante los primeros momentos de su desarrollo".
Asimismo, argumentó que "la criminalización del aborto de nada ha servido" y sumó: "Sólo ha permitido que ocurran clandestinamente en cifras preocupantes. Cada año se hospitalizan alrededor de 38.000 mujeres por abortos mal practicados".
Ahora, con la llegada de las dos iniciativas al Congreso, empiezan las negociaciones y el "poroteo" en el ámbito legislativo para buscar la sanción.
Se espera, según versiones que llegan de Diputados, que tenga un tratamiento rápido en el plenario de las comisiones que deben dictaminar y que serían Legislación General, Salud y Acción Social, Mujeres y Diversidades y Legislación Penal, todas presididas por diputados a favor de la iniciativa del Frente de Todos.
Como ocurrió en 2018, se cree que los votos para darle media sanción en la Cámara baja se dan por seguros. También como sucedió en aquel entonces, cuando gobernaba
Mauricio Macri y el Senado era conducido por la "celeste"
Gabriela Michetti, en la Cámara alta, donde la votación será más ajustada, la Casa Rosada tendrá un lugar clave para lograr las adhesiones necesarias o, eventualmente, conseguir algunas abstenciones oportunas.
En ese punto, muchos análisis focalizaron en estos días en el innegablemente rol primordial que tendrá la vicepresidenta
Cristina Fernández de Kirchner, quien hace dos años modificó su histórica postura negativa y votó a favor con un elocuente discurso.
