Qué pasará con Arribas, Majdalani y Nieto, que no desmintieron el espionaje ilegal macrista pero negaron su rol
El juez federal Juan Pablo Auge ya está en condiciones de definir la situación procesal de los 24 acusados en la causa de la inteligencia ilegal, entre los que sobresalen los ex jefes de la AFI de Cambiemos y el secretario de Mauricio Macri. Los tres dijeron ser víctimas de la política y desestimaron haber participado de operaciones que no negaron.
Después de casi tres semanas de intensas rondas de declaraciones indagatorias de los 24 acusados de la causa de la presunta banda de espionaje ilegal realizado desde el mismisimo corazón del Estado durante el gobierno de Mauricio Macri, el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Auge está en condiciones de decidir el futuro procesal de los supuestos jefes, según indica la investigación, de esas maniobras espurias: Gustavo Arribas, Silvia Majdalani y Darío Nieto.
Los ex titulares de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y quien fuera secretario presidencial y que actualmente sigue asistiendo al ex mandatario fueron los últimos tres indagados y recurrieron exactamente a una misma estrategia, en términos futboleros, conservadora para no arriesgar: se consideraron víctimas de una persecución de tipo político aunque sin decir cómo ni por quién; no negaron las escandalosas maniobras de espionaje ilegal que quedaron a la vista de todos pero aseguraron que no las ordenaron, participaron ni supieron de ellas; e intentan llevarse el expediente a Comodoro Py, terreno permeable al macrismo judicial.
Tanto Arribas y Majdalani como Nieto se defendieron con monólogos de extensiones variables y -a pesar de los anuncios rimbobantes en redes sociales- le escaparon a contestar preguntas. También coincidieron en dedicar una buena parte de sus minutos a criticar a los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, a los que no le reconocieron competencia sobre el expediente que, como imputados, pretenden mudar a la Ciudad de Buenos Aires.
Esta semana todos presentaron argumentos ante la Cámara Federal de La Plata, que tiene que resolver un incidente vinculado con la jurisdicción en la que debería tramitarse el expediente: Lomas de Zamora vs. Comodoro Py.
No obstante, Nieto ya recibió una negativa: la Cámara platense rechazó planteos de nulidad realizados por el ex secretario de Macri, que había impugnado el allanamiento que se realizó en su casa y en la de sus padres, y ratificó la investigación en Lomas de Zamora.
Mientras que algunos de los ex agentes "patearon para arriba" las responsabilidad por las órdenes -sin hablar de que fuera ilegales-, los dos extitulares de la AFI optaron, como estrategia de defensa, a decir que tal vez hubo operaciones cuestionables pero que en la abundante prueba de supuesto espionaje ilegal que hay en el expediente ninguno de los dos aparece dando órdenes a los espías.
Básicamente, dicen que los trabajos en territorio que hicieron los espías sin amparo de la ley nunca surgieron de sus órdenes y que jamás supieron que eso ocurrió con agentes de la central de inteligencia que conducían.
Si bien es cierto que esa llamada "prueba directa" de sus presuntas órdenes no está en el expediente, lo que sí hay es ex agentes diciendo que sí existieron esas órdenes y su negativa a responder preguntas deja persistiendo la duda, como analizó la agencia Télam, sobre cómo se les pudo pasar que más de 20 espías y un director nombrado en un área creada por ellos (Alan Ruiz, en Operaciones Especiales) trabajaron al menos entre 2017 y 2019 a seguir dirigentes políticos, gremiales y religiosos sin que ellos, máximas autoridades de un organismo fundamental del Estado, se enteraran.
Tanto Arribas como Majdalani señalaron que la AFI contaba con un total aproximado de 1800 agentes cuando ingresaron. El ex señor 5, como se conoce al jefe máximo de ese organismo en la jerga de los espías, hasta se animó a decir que "era imposible estar en el día a día de la actividad de cada uno de ellos".
Este último y la ex señora 8, el número que le toca en la jerga a la subdirectora, apuntaron hacia abajo: su hipótesis es que si el espionaje ilegal existió fue producto de un cúmulo de agentes descontrolados y con espíritu emprendedor que buscaron ganar unos pesos más a fin de mes con actividades prohibidas.
Majdalani, en particular, sostuvo en su declaración del jueves que en la AFI no funcionó una "banda de delincuentes ni una asociación ilícita" y que tal vez existió espionaje ilegal pero pudo haber sido desplegados por "cuentapropismo" o "autoemprendimiento"; mientras que Arribas dijo al día siguiente, el viernes, que él no ordenó nada ilegal y que "desgraciadamente" los mecanismos de control y denuncia que él mismo dijo haber fortalecido "no fueron activados a tiempo". ¿Se cometieron múltiples delitos de espionaje ilegal durante dos años que no ordenaron ni notaron?
“Jamás utilicé la estructura del Estado para cometer un delito, jamás di ni recibí una orden para hacer algo ilícito y fuera de la ley. Nunca supe que existiera espionaje ilegal o espionaje político”, enfatizó Majdalani, la tal vez más elocuente de los tres, tras reconocer que “pudo haber existido cuentapropismo, o algún autoemprendimiento y es así en cualquier institución”, todo sin decir nombres ni identidades.
Y concluyó con frases como "estoy acusada por dimes y diretes", "entregué cuatro años de mi vida a la Patria" y "me fui de la AFI con la sensación del deber cumplido". Qué "Patria" y qué "deber cumplido" deberían ser prerrogativas a ser respondidas al finalizar la investigación.
En su declaración, ex secretario Nieto aseguró que nunca el ex presidente Macri le pidió ningún informe de inteligencia. También trató de despegarse -soltándole la mano- de la ex funcionaria de Casa de Gobierno Susana Martinengo, otra de las imputadas del caso de espionaje ilegal.
“Le pido que sean justos e imparciales. Sepan que la estoy pasando muy mal con esto, me estoy comiendo un garrón enorme con algo en lo que no tengo nada que ver“, se victimizó Nieto para cerrar su acto de indagatoria vía Zoom ante el juez Auge.
Sobre las acusaciones y la prueba que pesa en su contra, dijo poco. Negó trato y conocimiento con espías y con Martinengo, y que nadie nunca le pidió nada vinculado a espionaje. "Sin perjuicio de destacar que la misma (la amplia prueba en sus celulares, que niega y dice que le plantaron) no resulta relevante ni dirigente sobre la falaz construcción fáctico jurídica efectuada por los fiscales (recusados) en mi contra, no haré referencia verbal alguna a los cargos aludidos en el dictamen que requiere mi declaración a este respecto", sostuvo en el escrito que pidió incorporar a su indagatoria.
Los espías rasos, señalados por Arribas y Majdalani e ignorados por Nieto, tomaron otro camino estratégico: todos callaron en este turno de indagatoria y se remitieron a sus primeras declaraciones en el expediente. Allí, la mayoría de ellos había señalado que las órdenes vinculadas con el espionaje político las daba Ruiz, a instancias de los jefes de la AFI, siempre aclarando que ellos creían que eran legales.
Los espías Leandro Araque, Facundo Melo y Jorge Sáez, que son parte del núcleo principal de la trama de los grupos de WhatsApp y las visitas a la Casa Rosada, ratificaron sus primeras declaraciones en las que dieron cuenta del supuesto vínculo directo entre Ruiz y Majdalani, algo que superaba incluso lo establecido por el organigrama de la AFI en el que Operaciones Especiales no dependía directamente de la subdirección de la central de espías sino que reportaba dentro de Contrainteligencia.
De hecho, sobre el vínculo de Ruiz con la ex señora 8, un agente de la AFI aseguró ante la Comisión Bicameral de fiscalización de los organismos de inteligencia, que al ex director de Operaciones Especiales sus subordinados lo bautizaron "el 9", dato que lo pone bajo el mando de los dos jefes.
Para los fiscales de la causa, todos los acusados "conformaron una organización criminal construida desde el propio aparato del Estado central, en especial desde el Poder Ejecutivo Nacional y una de sus dependencias directas, la Agencia Federal de Inteligencia", según consta en la imputación.
La máxima responsabilidad les cabe a los ex jefes de la AFI de Macri: la dirección de "esta empresa ilegal provenía principalmente de Gustavo Arribas y de Silvia Majdalani", según los fiscales Incardona y Eyherabide, que, además, indicaron que "se encuentra probado que los agentes tenían una línea de vinculación con otros funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional, específicamente funcionarios dependientes de Presidencia de la Nación, con los que compartían parte del flujo de información producto de estos espionajes".
A Nieto le toca un rol de menor peso para una posible futura condena, pero de mayor importancia política para un eventual giro que toque a Macri: se lo acusa de haber sido el canal alternativo para que algunos de los informes producidos con información obtenida de manera ilegal llegara al despacho presidencial por una vía alternativa que involucraba a una empleada de un área bajo su cargo (Mertinengo, documentación presidencial) que está imputada y reconoció su amistad con algunos de los espías.
Una parte importante del material probatorio que obra en el expediente surgió de los teléfonos celulares secuestrados a los espías investigados, donde se detectó que compartían parte de la información producida de forma ilegal en grupos de WhatsApp identificados como "Super Mario Bros", "Grupo Pilar", "Grupo Argentina", "Grupo Las Tres" y "Grupo Cueva", según pudo reconstruir esta agencia.