11.09.2020 / Espionaje ilegal

Martinengo, sin vínculo con la dupla Macri-Nieto: sólo era amiga de espías y se tentó a "aparentar un rol"

La ex secretaria de Documentación Presidencial, funcionaria que se relacionaba con los agentes de la AFI, presentó un escrito, no respondió preguntas y pidió su sobreseimiento o al menos que le dicten la falta de mérito en la causa de la banda del espionaje ilegal. "Pude haberme visto tentada de aparentar un rol más importante del que realmente tenía", argumentó. Todo lo que dijo.




La ex secretaria de Documentación Presidencial Susana Martinengo, es decir la funcionaria de Mauricio Macri que según está probado se relacionaba en la Casa Rosada en persona con los agentes de la AFI, presentó un escrito, no respondió preguntas y pidió su sobreseimiento o al menos que le dicten la falta de mérito en la causa en la se investiga una presunta banda del espionaje ilegal que funcionaba durante la gestión Cambiemos para perseguir a dirigentes de todo tipo.

Como conclusiones generales del texto de 14 páginas con el que se defendió en indagatoria y que muestra cuál será su línea argumental en el expediente, surge varios puntos: negó tener vínculos estrechos con Macri y su secretario, Darío Nieto; argumentó que conocía y se relacionaba con espías porque eran sus amigos, pero sostuvo que no le pasaban informes de inteligencia, que nadie se los pedía y que no se los pasaba a nadie; y agregó de forma insólita que tal vez se vio "tentada de aparentar un rol más importante del que realmente tenía"


SOBRE LA CAUSA

En la declaración indagatoria vía Zoom ante el juez de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé, Martinengo se remitió a un descargo escrito y rechazó declarar, pero también arovechó para cargar contra el anterior juez del caso, Federico Villena.

“Me vi obligada a ejercer mi derecho de defensa luego de estar 48 horas incomunicada y aproximadamente doce horas en una pequeña dependencia del juzgado, con el grave riesgo que suponían esas condiciones en el ámbito de la pandemia que todavía perdura. Esas excepcionales circunstancias, sumadas a la inquisidora actitud de quienes mi interrogaron desordenadamente durante horas, impidieron -por una severa alteración de mi estado de ánimo- ejercer cabalmente el derecho de defensa”, denunció.

También recordó que tuvo que esperar el fin de veinte indagatorias para que llegara su turno y se expresó como víctima de esa situación: "Mi condición de mujer y mis 64 años no fueron óbice para que se me someta a una inhumana espera, sin acceso a las mínimas condiciones de confort y seguridad-, solo pesaba en mi ánimo la voluntad de “conformar” al inquisidor magistrado por entonces interviniente para que me permitiera recuperar la libertad; es decir, que se reconozca en mi caso la presunción de inocencia”.

En ese marco, Martinengo, que estuvo presa durante unos días, rechazó las acusaciones y consideró que la justicia debe desvincularla del caso, al alegar, a contramano de lo que figura en el expediente, que los ex agentes de la AFI del grupo “Super Mario Bross “jamás" le "presentaron informe de inteligencia alguno”.


CON MACRI Y NIETO, NADA

La ex funcionaria, que en audios y mensajes de WhatsApp decía tener vínculo directo con "el Uno", negó tener trato cotidiano ni relación estrecha con el entonces presidente Macri, ni con el ex secretario privado Nieto.

“Nunca tuve una designación formal a través de decreto presidencial, razón por la cual mi cargo no era jerárquico ni tenía firma. En mi función dependía de la Directora de Documentación Presidencial, quien estaba subordinada a la Dirección General de Gestión Presidencial, que reportaba a la Subsecretaría de Asuntos Presidenciales que dependía de la Secretaría General”, explicó, en referencia básicamente al organigrama oficial, que no necesariamente reviste correlato en el funcionamiento real.

Sobre los informes de inteligencia que supuestamente eran enviados a Nieto para ser entregados a Macri, Martinengo argumentó: “Ninguna tarea relacionada con servicios de inteligencia me fue requerida por el presidente de la nación ni por otro funcionario de su entorno, como por ejemplo su secretario Darío Nieto. También niego, enfáticamente, haber acercado en forma espontánea informe de inteligencia alguno a mis superiores”.

“Lejos estaba yo de constituir nexo alguno entre agentes de inteligencia y el gobierno nacional. Jamás me fue requerida función alguna respecto de información proveniente de organismos de inteligencia, puesto que tareas de ese tipo se encontraban totalmente fuera de mi pequeña esfera de actuación”, explicó en el escrito.

Y agregó: “Es más, para el supuesto de que yo hubiese querido asumir algún rol por el estilo, no existía ninguna posibilidad de que el resultado de tales tareas llegara a altas esferas del gobierno. Esto es, escapa a toda lógica -entendida como elemento fundamental de la sana crítica-, que el presidente de la Nación o algún funcionario cercano a él, como Darío Nieto, se valieran de mis servicios para lograr información proveniente de un organismo de inteligencia que se encontraba permanentemente a su servicio, pudiendo acceder directamente a los funcionarios designados a tales fines”.


SÓLO QUERÍA FIGURAR

En el escrito se refirió a un tema personal y a sus ambiciones políticas. “En un momento tuve la ambición de integrar una lista como candidata a diputada provincial, oportunidad en que solicité la ayuda que suponía el vínculo que mis amigos tenían con algunos movimientos sociales de la Provincia de Buenos Aires, circunstancias con las cuales se vinculan los encuentros que me fueron reprochados en mi anterior declaración y algunos de los diálogos a través de Whatsapp”.

“Nada tuvieron que ver las reuniones que se celebraron con cualquier tipo de tarea de inteligencia. Mi pasajera ambición personal no tuvo éxito, razón por la cual continué militando y cumpliendo el rol que el gobierno me había asignado”, aclaró siempre por escrito.

La imputada está acusada de haber recibido de los agentes Jorge Sáez y Leandro Araque un informe relativo a la comunidad Mapuche; otro sobre los escraches sufridos por el entonces Presidente; de haber solicitado los informes sobre las manifestaciones en el Congreso de la Nación y de haber remitido parte de la información al secretario privado de Macri, quien también está citado a indagatoria.

"Susana Martinengo, quien no sólo se reunía con Leandro Araque y el 'Turco' Sáez en la casa de Gobierno, tenía contacto asiduo con ellos e intercambiaba información que luego utilizaban para sus aspiraciones políticas y a su vez transmitida a un superior, en este caso, al secretario del Presidente de la Nación, Darío Nieto", escribieron los fiscales Incardona y Eyherabide cuando la convocaron a ampliar la indagatoria.

Sin embargo, Martinengo explicó que sólo fue porque quería "aparentar": "En alguna oportunidad puede haberme visto tentada de aparentar un rol más importante del que realmente tenía, indicando que podía hacer llegar cierta información a mis superiores, pero esa posibilidad jamás existió realmente".


MI AMIGO EL ESPÍA

“Nada tuvieron que ver las reuniones que se celebraron con cualquier tipo de tarea de inteligencia. Mi pasajera ambición personal no tuvo éxito, razón por la cual continué militando y cumpliendo el rol que el gobierno me había asignado”, aclaró siempre por escrito.

Martinengo rechazó los cargos de asociación ilícita que se le imputan. Explicó que solo tenía relación con los coimputados ex agentes Sáez, Araque y Melo. “Lejos de tratarse de un vínculo profesional, constituyó una relación de tipo social”.

“En el caso de Sáez y Araque el vínculo afectivo de amistad se forjó mucho antes de que ellos pasaran a revistar en la Agencia Federal de Inteligencia”, ahondó la acusada.