El Gobierno nacional encara
dos problemáticas de profunda complejidad, a la vez, ya que tiene por un lado la continuidad de la pandemia del coronavirus y, por otro, las dificultades económicas que lo ponen en situación de plantear una agenda postpandemia al mismo tiempo que ésta sigue en pie.
En ese marco,
el presidente Alberto Fernández volvió a poner el foco en un tema que quedó pendiente antes del inicio de la pandemia, que es la discusión con la Ciudad de Buenos Aires alrededor de la necesidad de redistribuir los recursos que gira el Gobierno nacional a los distintos distritos, que históricamente favorece al territorio porteño.
Por eso, el mandatario remarcó que tiene la
"obsesión" de cambiar
"la Argentina injusta" que está
"concentrada en torno al Puerto de Buenos Aires", en el marco de la firma de convenios con el gobernador de Chaco,
Jorge Capitanich, en un encuentro se llevó a cabo en la Residencia de Olivos.
"Tengo una obsesión que me persigue y es esta Argentina injusta en la que vivimos. Una Argentina que fue pensada y diseñada por otra generación y deparó un país muy injusto", manifestó Fernández.
El primer mandatario subrayó que "hay una argentina próspera y una periférica al norte y al sur del país" y comparó el caso porteño con lo que sucede en otras partes del mundo, para graficar la inequidad en los recursos.
"Acá (en la Ciudad de Buenos Aires) el ingreso per cápita es igual al de las ciudades más ricas de Europa y en otros lugares de la Argentina solo se parece al de las ciudades más pobres del mundo", sintetizó el Presidente.
En el mismo sentido, expresó:
"Me duele la desigualdad. Ojalá la Argentina estuviese llena de Buenos Aires, pero tenemos una sola y un país que espera. Y no puede esperar. Quiero que construyamos el país con una lógica distinta a la que tenían aquellos que construyeron el país en el Siglo XIX".
El jefe de Estado consideró que Argentina "a ser un país desarrollado el día que quien nazca en el Chaco o en cualquier lado" tenga "la posibilidad de encontrar un trabajo, hacer su vida y morirse después de una vida feliz" en el lugar donde nació.
"Cuando uno habla con cualquier persona del norte entiende cuanta postergación han padecido. No se soporta más un sistema económico que deja al margen a tantos", agregó.
Y concluyó: "Mientras tengamos a los que migran de sus ciudades buscando un destino mejor en las grandes ciudades y solo encuentran marginalidad, este país no es bueno. Vamos a empezar a cambiarlo".
Entre los convenios firmados, el gobernador Capitanich destacó el acuerdo que representa una inversión de 290 millones de pesos para obras que durarán 14 meses y representarán la construcción de 101 viviendas en el barrio Toba. Asimismo, también destacó la trasferencia de tierras del Campo de Tiro, lo que implicaría una "potencial regularización de 31 mil lotes urbanos" y "120 mil personas serán beneficiarias del titulo de propiedad de su tierra".