Alberto terminó e inauguró el hospital de La Matanza que Macri y Vidal habían abandonado
El Presidente encabezó por videoconferencia la apertura del Hospital René Favaloro, en el partido bonaerense más populoso, que estará destinado a la atención de pacientes con Covid-19. La obra había sido lanzada y casi terminada por Cristina al concluir su mandato, pero Cambiemos puso excusas y lo paralizó. Además, puso en marcha cuatro nuevos centros asistenciales modulares.
Las narrativas periodísticas son, a veces muy potentes. Pueden construir una realidad, o bien reforzar una percepción de esa realidad ya instalada en individuos o colectivos. Sin embargo, otra realidad puede ser también construida, una con mayor semejanza en los hechos. En este caso, aunque algunos medios titularon de manera falaz, el presidente Alberto Fernández encabezó para reforzar el sistema sanitario ante el coronavirus el acto de apertura del Hospital General de Agudos Doctor René Favaloro, en el partido bonaerense de La Matanza, que había sido lanzado y casi terminado por Cristina Fernández de Kirchner al concluir su mandato en 2015, pero que Mauricio Macri y María Eugenia Vidal paralizaron y abandonaron con excusas ni bien asumieron.
En concreto, el mandatario condujo este mediodía, a través de una videoconferencia desde la residencia de Olivos, la reapertura del Favaloro en el partido bonaerense más populoso, que ahora estará destinado a la atención sanitaria de pacientes con coronavirus Covid-19. También anunció la apertura de cuatro nuevos Hospitales Modulares de Emergencias en Mar del Plata, Chaco, Córdoba y Santa Fe, que se suman a los ocho que ya fueron construidos por el Ministerio de Obras Públicas y se encuentran en funcionamiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires, para brindar asistencia médica en el marco de la pandemia.
“Somos muy conscientes de lo que nos pasa y de cuál es nuestra prioridad y nuestro interés primero que es cuidar la salud de los argentinos y las argentinas”, subrayó Fernández, al tiempo que aseguró: “Ver terminado este hospital es un orgullo para los que seguimos reivindicando en el Estado la presencia necesaria para proteger a los sectores más débiles de nuestra sociedad”.
Sobre los centros de salud modulares, enfatizó: “Me pone igual de contento ver que estamos inaugurando estos Hospitales Modulares porque el virus está circulando y queremos evitar que la gente se contagie, se enferme o se muera”.
No obstante, y ante el relato que alguno medios eligieron poner en marcha, Alberto destacó la importancia de “haber terminado estas obras que durante cuatro años quedaron abandonadas" y por las que ahora "se hace lo que corresponde para poder atender la salud y prestar atención a los que más lo necesitan”.
Esto último tiene que ver con cuál es la verdadera historia del hospital matancero y cuál la que algunos, como Infobae, intentaron construir pero que es una fake news. Es que según ese medio tituló, "el hospital de La Matanza que puso en marcha Alberto Fernández ya había sido inaugurado el 7 de octubre de 2015", cuando la realidad es que esa obra fue puesta en marcha en ese momento con un 70% de finalización, pero abandonado y dejada en la desidia por Cambiemos durante sus cuatro años de administración nacional y bonaerense.
El hospital René Favaloro, de La Matanza, demandó una inversión de $254 millones para su infraestructura y $120 millones en equipamiento. Fue diseñado como un centro sanitario de alta complejidad con 160 camas de internación repartidas en una superficie cubierta de 18.000 metros cuadrados.
Cuando Cristina lo puso en marcha el 7 de octubre de 2015, poco antes de concluir su mandato, había sido proyectado para ser un centro de vanguardia que contaría con guardia externa, consultorios de clínica médica, tocoginecología, cirugía y pediatría; salas de cuidados progresivos, intermedios e intensivos; salas de maternidad y seis quirófanos; diagnóstico por imágenes, ecografía y radiología digital.
Sin embargo, cinco años después de ese anuncio solo funcionaba un sector: la guardia pediátrica. ¿Por qué? Por que su finalización fue paralizada en febrero de 2016 por decisión de Mauricio Macri y Maria Eugenia Vidal, según documentos oficiales, “por temas administrativos y de certificación”.
Fue la propia Vidal, ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, quien se hizo vocera y responsable de la desidia y hasta se había animado a decir que prefería mejorar los hospitales ya abiertos antes que finalizar otros dos más. No hizo una cosa ni la otra. “La salud no es un edificio, a mí no me interesa cortar cintas. Yo no vine a la gobernación para cortar cintas y decirle a la gente que tiene un hospital que después no tiene”, se excusó.
Las obras del hospital se reactivaron en marzo de este año, ya con el Frente de Todos en las gestiones nacional y bonaerense, frente al avance de los casos de coronavirus y con el objetivo de reforzar el sistema de salud de la Provincia, muy lesionado por el trabajo de Vidal. Estaba terminado en un 70% y su interior se encontraba muy vandalizado.
Ahora, cuatro meses después, el centro de salud situado en la localidad de Rafael Castillo cuenta con 144 camas de internación general y 14 de terapia intensiva, un sector de guardia general y pediátrica con atención las 24 horas, seis shock rooms para urgencias, vacunatorio, salas de obstetricia, quirófanos, y servicios de apoyo como laboratorio, diagnóstico por imágenes y consultorios externos.
Acompañaron al jefe de Estado en el acto desde Olivos el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Desde el Hospital Favaloro participaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; y el intendente Fernando Espinoza. También estuvieron presentes, a través de videoconferencia, el ministro de Salud, Ginés González García; los gobernadores de Chaco, Jorge Capitanich; Córdoba, Juan Schiaretti; Catamarca, Raúl Jalil; y Santa Fe, Omar Perotti; y el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro.