A sólo semanas de conocerse que la agroindustrial Vincentín SAIC, la mayor aportante privada de la campaña de Juntos por el Cambio al menos hasta las PASO, recibió un escandaloso préstamo de más de $18.370 millones durante la gestión de Javier González Fraga en el Banco Nación y que se encuentra atravesando una grave crisis financiera, el gobierno de Alberto Fernández habría descartado la posibilidad trascendida en medios de comuniación de estatizar a la empresa.
Según publicó el portal Letra P, el Poder Ejecutivo tendría decidido no meterse de forma directa en la crisis de la empresa de molienda de granos. La información provendría de funcionarios del área agropecuaria que "aclararon en diferentes encuentros que no hay una intención de estatizar la compañía, menos aún en un contexto de crisis económica en el que se precisan inversiones y justo cuando el oficialismo se juega el partido más importante negociando la deuda pública y privada".
“Sería un golpe a la confianza del país”, justificó ante el mismo medio una fuente oficial que, además, aclaró que las prioridades hoy son otras. La referencia es a que las prioridades tienen que ver con dos elementos: la inversión en la reactivación de la economía, principalmente a través de las pequeñas y medianas empresas, y la reestructuración de la deuda heredada de la gestión de Mauricio Macri de manera que sea sostenible en el tiempo.
Vicentín, de la familia Padoan, debe USD 1.300 millones a un grupo de bancos, entre ellos el Nación, entidad pública que durante el gobierno de Cambiemos destinó el 20% de su cartera a prestarle a la cerealera, acción que la dejó en pésima situación de liquidez. La firma también recibió fondos del Banco BICE, que encargó una auditoría para analizar las alternativas de entrega de ese dinero.
No obstante, el escándalo mayor de que el Nación haya entregado esa generosa suma para el rescate de una empresa como Vicentín tiene que ver con otro dato que Política Argentina reveló:
esa firma agroindustrial fue la máxima aportante privada de la campaña de Juntos por el Cambio el año pasado, al menos hasta las PASO.
En ee contexto y según el mismo artículo, la mirada de la gestión Fernández es que la firma salga a flote con ventas de parte de sus activos, pero no con
participación del Estado en ese proceso de "cram-down", como propuso Francisco Durañona y, en su momento, no había descartado el Presidente.
Así, habría una competencia acelerada de grandes cerealeras que pretenden tener parte de ese negocio y hacerse cargo de los trabajadores. Estarían en esa carrera la empresa árabe Burhan Internacional, Bunge, Carhill, Dreyfuss y Cofco.