28.11.2019 / Camino al 10 de diciembre

Qué es la “misa de la unidad”, el encuentro que juntaría a Macri y Alberto 48 horas antes del traspaso

Dos días antes del cambio de gobierno y en medio de la despedida PRO y la fiesta popular para la asunción peronista, el presidente saliente y el electo se verán las caras en un encuentro por “la paz y la superación de las heridas” convocado por el Episcopado al que invitaron a "participar a toda la comunidad nacional”. Los detalles.



Después del último debate del 20 de octubre y tras el desayuno del 28, ya con la derrota de Cambiemos y el triunfo del Frente de Todos consumados, estaría confirmado que Mauricio Macri y Alberto Fernández se volverán a ver las caras el 8 de diciembre, tan solo 48 horas antes del traspaso, en una “misa de la unidad” organizada por la Iglesia

Según pudo confirmar Clarín de fuentes de ambos espacios políticos, el presidente saliente y su sucesor electo participarán de la "misa de la unidad" que convocó el Episcopado. La ocasión será para celebrar el Día de la Virgen en la basílica de Luján por “la paz y la superación de las heridas” para la cual se llama "a participar a toda la comunidad nacional”.

Como suele ocurrir año a año, los organizadores habían aclarado que no se invitaría oficialmente a las autoridades, en este caso ni las salientes ni las entrantes, ni a nadie en particular. Esto no quita que ya se especulaba con que al oficio religioso, que será encabezado por el titular del Episcopado, el obispo Oscar Ojea, podrían asistir referentes políticos, empresariales, sindicales y sociales. 

Tal vez como gesto "antigrieta", en la convocatoria de la Iglesia se explicó que la invitación se extiende “a los hermanos en la fe y al pueblo en general, y tiene como propósito rezar por la unidad de los argentinos, bajo la mirada de la Virgen, patrona nacional”.

La celebración está prevista para las 11 y será copresidida por el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Scheinig. La idea, según el mismo medio, responde a dos objetivos que la Iglesia manifestó en los últimos meses con la mira en la etapa post electoral: consolidar la paz social y achicar la grieta que divide a parte de la sociedad.

Además de castigar con dureza el aumento de la pobreza ocurrido en el último año, principalmente, el propio Ojea había advertido en vísperas de las elecciones que “no se puede gobernar en este estado de división social en el que nos encontramos”. A la vez señalaba que “a cualquiera que le toque gobernar va a necesitar de acuerdos” por lo que insistía en “la necesidad del diálogo y de escucharnos”.