En el camino de iniciar un cambio de perfil de las relaciones geopolíticas que tendrá la Argentina a partir del 10 de diciembre,
Alberto Fernández se reunió con Andrés Manuel López Obrador en su primer viaje internacional como presidente electo y, además de poner énfasis en la necesidad de profundizar las relaciones comerciales entre ambos países, le hizo dos regalos protocolares entre los que se incluye un significativo símbolo del peronismo.
Fernández, que ganó los comicios en la Argentina hace sólo dos semanas, mantuvo un encuentro con el presidente de México en el Palacio Nacional, en lo que se lee como una gira con fuerte incidencia política: no sólo porque es el primer cara a cara que el mandatario electo tuvo con un jefe de Estado extranjero, sino porque se trata del líder de la segunda potencia latinoamericana, porque configura un nuevo esquema de relaciones geopolíticas por el perfil progresista del dirigente azteca y porque además la reunión fue a agenda abierta y con temas muy variados.
Sin embargo, según publicó Clarín,
un hecho muy llamativo es qué le regaló Fernández a López Obrador. El presidente electo argentino llegó a la cita con un libro y un significativo símbolo del peronismo: un busto de Evita. Por su parte, recibió un pin de la presidencia de México.
Tras el encuentro, AMLO -como se llama al mexicano por las siglas de su nombre- le mostró a Fernández las obras del muralista Diego Rivera expuestas en el edificio y luego lo invitó a almorzar en el Palacio, a la espera de la conferencia de prensa conjunta que se anunció para las 17:30 y que luego fue demorada.