Parece ser que la evidente polarización de las elecciones no es tanta y que el Frente de Todos está mejor posicionado que lo que marcan las encuestas, que los fantasmas económicos y financieros que moviliza el oficialismo contrarios a los intereses de los sectores más poderosos no son tales, o bien que existe en él una yuxtaposición de ambas cosas. Lo cierto es que
el confeso macrista Marcelo Mindlin, el CEO más poderoso de la energía y el más beneficiado por los imparables aumentos en los servicios dispuestos por el Ejecutivo, le pidió una reunión al candidato presidencial opositor Alberto Fernández y, de ese encuentro, surge una confesión del sector sobre una propuesta del peronismo y un temor que podría salpicar a Mauricio Macri.
Según publicó Letra P en un artículo de Diego Genoud, la reunión que Mindlin le pidió a Alberto fue en el departamento de Enrique Albistur le alquila al candidato presidencial. Allí,
Fernández le dijo que su sector ya había ganado demasiado dinero y le reiteró lo que viene diciendo abiertamente acerca de que, de triunfar en las elecciones, pesificará las tarifas del sector energético, con el objetivo de morigerar el daño que los tarifazos de Macri el hicieron al bolsillo de los argentinos, que perdió violentamente contra la inflación motorizada -en parte- por estos incrementos.
¿Qué respondió ante esto el poderoso CEO macrista? No presentó objeción alguna ante el anticipo de que Fernández desdolarizará las tarifas, propuesta catalogada como "imposible de llevar a cabo" por funcionarios del Gobierno y tildada casi como el apocalipsis para el sector privado. Tanto es asi que, de hecho, ante cada entrevista
María Eugenia Vidal confiesa que, si bien ya "la mayoría" del aumento fue hecho, aún resta quitar subsidios que llevarán a más aumentos y, además, habría que sumarle todo lo que la inflación de los costos provoque.
"Lo único que te pido es que no me nombres", sólo le dijo el CEO a Fernández, una y otra vez, hecho que remarca que ése habría sido el principal propósito del encuentro que gestionó con el candidato opositor.
La dimensión de la confesión de Mindlin de que la propuesta de Alberto de pesificar las tarifas energética es realizable, más aún en el marco de lo beneficiado que fue el sector gracias a Macri, se expone con claridad recordando quién es el personaje en cuestión: se trata del
dueño de Pampa Energía, holding valuado en USD 6.000 millones, en cuyo interior posee a Edendor y a gran parte de Transener, la transportista acusada de ser responsable del histórico apagón nacional de luz durante el Día del Padre. También es de él IECSA, la ex firma de Macri y Ángelo Calcaterra, y es socio de Joe Lewis, el amigo presidencial. Su firma participa en la generación, transmisión y distribución de energía, y según su web, tiene ocho centrales térmicas, tres hidroeléctricas, tres parques eólicos y uno de cogeneración. Desde 2017, disfruta de contratos dolarizados.
Ese mismo año, en una entrevista con la revista Noticias, hizo una confesión que colabora aún más con la tesis del significado de que quiera reunirse con el peronismo y la plausibilidad de las propuestas opositoras:
"No me molesta que me digan macrista".
Según el mismo medio, el dueño de Edenor y Transener le llevó a Alberto los mismos datos sobre inversiones en el sector que acostumbra distribuir el Gobierno. Hasta ahí -argumentación sobre presuntas inversiones y que confesión de que tuvieron ganancias extraordinarias y que se puede pesificar-, cosas esperables de un empresario pragmático.
Sin embargo, la revelación acerca de cuál es el verdadero miedo que tiene Mindlin en caso de que triunfe el Frente de Todos
expone que el poderoso empresario tiene un miedo judicial que, por razones obvias, podría alcanzar a través de incluso investigaciones penales nada más y nada menos que a Macri.
Tal como publicó Letra P,
el miedo de Mindlin no pasa por la pesificación que compensaría los bolsillos de los trabajadores, sino por las investigaciones que una nueva administración pueda impulsar sobre los beneficios que consiguieron la eléctricas con Macri y Juntos por el Cambio en la Casa Rosada.