NI UNA JUBILADA MENOS
El próximo 23 de julio vence el plazo para que mujeres sin aportes completos puedan acceder a una jubilación a través de las moratorias previsionales. Si esto sigue su curso,
más de 100 mil mujeres al año ya no podrán jubilarse.
En la Argentina, hoy 2,5 millones de mujeres son amas de casa y el 37% del mercado de trabajo informal está compuesto por mujeres. En este escenario ¿Cuál es la propuesta de Macri? Que ya no puedan jubilarse.
Este 23 de julio
el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal pondrá punto final a las moratorias previsionales para las mujeres, que durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner permitieron que más de 3,5 millones de hombres y mujeres puedan jubilarse, de los cuales 2,5 millones fueron mujeres.
Este 23 de julio el gobierno de Macri y Vidal generará un retroceso como pocos vistos en materia de derechos de las mujeres.
Este 23 de julio se violarán derechos humanos consagrados en la Convención Interamericana de los Derechos de las Personas Mayores, firmada y ratificada por nuestro país desde el año 2017.
Este 23 de julio quedará en evidencia el desprecio de este Gobierno hacia miles de mujeres que ya no podrán acceder a una jubilación digna.
Esta decisión está enmarcada en las medidas de ajuste que el Gobierno viene implementando sobre las personas mayores, con el fin de recaudar del bolsillo de los que menos tienen y así poder cumplir con una de las metas impuestas por el Fondo Monetario Internacional: el déficit cero.
CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Esto comenzó con la mal llamada “Ley de Reparación Histórica”. Con la aprobación de dicha normativa, el Gobierno ya les había quitado a los hombres de 65 años y sin los 30 años de aportes completos la posibilidad de poder jubilarse y reemplazó este derecho por la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor). Ahora les toca a las mujeres.
La PUAM tiene 3 problemas concretos: equivale al 80% de una jubilación mínima -que hoy son 8.300 pesos-, no da derecho a pensión y encima para poder acceder a ella los requisitos socioeconómicos son muy restrictivos. Es decir,
las únicas mujeres que accederán a esta pensión son aquellas muy pobres, las mujeres de clase media de ninguna manera podrán acceder.
Pero además la PUAM tiene un trasfondo trágico: se transformó en la nueva jubilación mínima. Lejos de la promesa de que los jubilados ganen más, el haber mínimo se redujo a tal punto que hoy es de 180 dólares, es decir muy cerca de los 150 pesos dólares de Norma Plá.
Por si esto fuera poco, la PUAM construye ciudadanos de primera y de segunda categoría. Los primeros, compuestos por los jubilados que reciben una jubilación, y los segundos por aquellos que reciben la pensión y no merecerían una jubilación. Sabemos que esto es una mentira más del Gobierno: todos merecemos una vejez digna y para eso necesitamos una jubilación digna.
Si esta nota es leída por mujeres de 60 años que están pensando en jubilarse, sin importar a quién hayan votado o cuál es su ideología política, tienen que saber que con el fin de las moratorias ya no podrán hacerlo.
El hecho de no poder acceder a una jubilación para estas mujeres significa que también caerán en la PUAM, pero con un agravante: deberán esperar a cumplir los 65 años para poder acceder a la pensión, lo que genera un aumento encubierto de la edad para jubilarse.
LAS MUJERES EN NÚMEROS
Es importante tener en cuenta que solo el 14% de las mujeres logra jubilarse con los años de aportes completos, el resto no llega a completarlos o directamente no los tiene. Una de las causas es el trabajo informal, que afecta a toda la sociedad pero en especial a las mujeres.
Según datos del INDEC, hay un 34% de trabajo no registrado, del cual el 37% son mujeres. Por otro lado, mientras la desocupación asciende al 9,1%, en el caso de las mujeres es del 10,2% y cuando se trata de las que están en el rango etario de entre los 14 y 29 años llega a 21,4%.
Las mujeres tienen menos posibilidades de acceder a un trabajo formal porque le dedican más horas al trabajo en la casa y cuidado de los hijos, lo que en muchos casos lleva a que les cueste conseguir un empleo y, cuando lo logran, se trata de trabajos más precarios por menos horas y remuneraciones más bajas.
Por eso,
la continuidad de la moratoria es esencial mientras no se resuelvan las inequidades en el acceso al trabajo para las mujeres.
El plan de inclusión previsional a través de las moratorias es una política pública que buscó dar respuesta a decenas de años de trabajo informal y un Estado que había dejado a la merced del destino a cientos de hombres y mujeres excluidos del sistema, algunos de los cuales con suerte contaban con la ayuda económica de sus hijos para sobrevivir.
El fin de las moratorias previsionales implica además una doble discriminación y violencia sobre uno de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, las mujeres adultas que ya no podrán acceder a una jubilación.