Se fue despedido por la puerta de atrás, casi "demonizado" por todas las alas del Gobierno, menos
Elisa Carrió. Hace cinco meses, era el culpable de todo. Pero leyó un poema budista y se fue. Sin embargo, parece que no guarda rencor y,
si Mauricio Macri logra continuar siendo presidente después de las elecciones de octubre, Mario Quintana vuelve al Gobierno.
Según una nota de Laura Di Marco en La Nación, desde una escena de su exilio, en ojotas y con amigos en Palermo, Quintana confiesa que en plena crisis económica,
"volver en este turno sería absurdo, pero si Mauricio es reelegido es probable que lo haga".
"Hice todas las etapas del duelo", dijo el ex funcionario para expresar que su despido a manos de Macri y Marcos Peña realmente lo afectó. "Lo voltearon los laboratorios, se fue el mejor", definía "Lilita", su máxima defensora, ante cada consulta sobre el ¿ex? dueño de Farmacity.
Justamente, cuando a Quintana le preguntan, según La Nación, si su actual rol es contener a la socia fundadora de Cambiemors, él responde:
"Contención necesitan los locos; Lilita es de lo más previsible".
Tras mostrarse a fines de enero en la Casa Rosada como una suerte de mediador entre Carrió y Macri, Quintana niega que su deseo sea integrar la lista de diputados o senadores del oficialismo. Sin embargo y al mismo tiempo, dice que si Macri gana en octubre podría volver al Gobierno y que su etapa de empresario terminó.
"Desde que me fui del Gobierno me llamaron de todos lados para hacer negocios, pero no quiero. Hoy quiero ir liviano. Me bajé del paradigma de la acumulación", desliza de forma insólita en reuniones con amigos.
Finalmente, Quintana sostiene que su actual función en el entorno macrista tiene que ver con una suerte de coach del poder.
"Voy a dar una mano en la campaña, como amigo del 'proyecto'".