Carlos Rosenkrantz está en el ojo de la tormenta desde el intento de Mauricio Macri de nombrarlo en la Corte Suprema sin pasar su pliego por el Congreso Nacional. La polémica se acrecentó cuando fue nombrado como nuevo Presidente del Máximo Tribunal de Justicia y se profundizó en una interna con los otros jueces que ya estalló por los aires.
Rosenkrantz fue el único juez de la Corte que votó a favor de los genocidas cuando el tribunal eliminó el beneficio del 2x1 y, ahora, también fue quien en solitario falló en contra de los jubilados en la modificación de la fórmula para calcular sus haberes.
Ante esto,
Ricardo Lorenzetti, Horario Rosatti y Carlos Maqueda se unieron para quitarle poder. Con sus tres votos lograron modificar el reglamente interno de la Corte Suprema y atar las manos de Ronsenkrantz.
En la acordada, re
solvieron que el Presidente de la Corte ya no tendrá el manejo de las decisiones de administración, nombramientos del personal de la Corte y del resto del poder judicial.
De ahora en más,
Rosenkrantz solo manejará los temas protocolares y los casos que involucren al máximo tribunal. Lo demás deberá ser votado por mayoría.
Así, el bloque Lorenzetti-Rosatti-Maqueda se consolida como una mayoría para resolver, entre otras cosas, sobre la contratación, renovación de contratos y manejo de las renuncias de los diversos empleados del organismo.
Highton de Nolasco se abstuvo en la acordada y Rosenkrantz fue el único que votó en disidencia, en el recorte de los poderes para si mismo.