La ex presidenta, Dilma Rousseff, inauguró esta mañana el I Foro Mundial del Pensamiento Crítico organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). “Vengo a prestar testimonio sobre lo que pasa en Brasil, porque creo que hay muchas experiencias que compartir, y una necesidad de entender para poder transformar. Brasil ha entrado en una ruta muy trágica”, dijo al iniciar su intervención.
“Hoy en Brasil corremos el riesgo de salir de la democracia y entrar en una variante neoliberal de neofascismo. Nosotros sufrimos un golpe de Estado sin la legalidad mínima necesaria para deponer un Presidente", señaló la ex mandataria.
En ese sentido, aseguró que “el golpe desencadenó un proceso que instauró un régimen que puede llamarse de excepción, distinto a las dictaduras que ya se conocían en América Latina”.
Por otra parte, se refirió a la situación judicial de Lula Da Silva, ex presidente de Brasil. “Su encarcelamiento acabó con el principio de inocencia y con la idea de que todos somos iguales ante la ley. Aquí, el desigual fue Lula. No bastaba con condenarlo y apresarlo: debían silenciarlo. Le quitaron sus derechos”, dijo. Y agregó que su detención permitió que ganara la extrema derecha.
Además, resaltó que no quieren destruir solo al Partido de los Trabajadores (PT), sino “a todas las conquistas de organización en Brasil”.
Con respecto al nuevo Gobierno, señaló que “se caracteriza por un fuerte acercamiento a los Estados Unidos y un claro corte neoliberal”. "La parte neoliberal se une a la parte autoritaria y crea una versión próxima a lo que ocurrió en Chile en época de la dictadura. Debemos resistir y enfrentar el neofascismo", añadió.
Sobre Jair Bolsonaro dijo que “ya empezó a perder antes de asumir”. “Las declaraciones contra los médicos cubanos llevaron a la retirada de más de 9.500. Unos treinta millones de brasileños no tendrán acceso a atención básica de salud”, concluyó.