El postergado anuncio de la no sorpresiva
fusión entre Cablevisión y Telecom que pondrá al Grupo Clarín en una aún más potente posición monopólica generó la expectativa de
cuál sería la respuesta del Gobierno de Mauricio Macri, dado que para que este monstruo de las telecomunicaciones inédito a nivel mundial comience a brindar cuádruple play a partir de 2018 se requiere el visto bueno del Ejecutivo nacional.
El primero en salir a defender la convergencia entre ambas empresas fue el titular del Sistema Federal de Medios Públicos,
Hernán Lombardi. Sin embargo, las palabras de Lombardi fueron tibias. Al menos así parecieron al lado de la insólita argumentación del ministro de Comunicaciones,
Oscar Aguad, que lanzó que la extrema concentración que potencia la posición dominante de Clarín
"alienta la competencia" y que ahora
"todos están mirando el mercado para sacarse ventajas".
“Yo creo que es una buena noticia para el país, porque les da seguridad juridica, oportunidades de competir y además va a traer muchas inversiones. Además va a poner un mercado adormecido, o en un estado de confort, a competir”, disparó Aguad en declaraciones a La Nación.
En la misma línea, completó su increíble explicación: "Argentina hoy tiene un promedio bajo de banda ancha.
Hemos logrado que todos estén mirando el mercado para sacarse ventajas. No son buenas las comunicaciones en Argentina porque no hay un mercado competitivo".
Aguad, que a lo largo de la nota sonó nervioso y hasta se confundió la empresa de internet Fibertel con Cablevisión, sostuvo que
no hay posición dominante “salvo por las inversiones que haga” el nuevo gigante de las telecomunicaciones, ya que, según él, “las empresas fusionadas van a tener que devolver espectros, porque tiene un límite”.
En ese sentido, aseguró que el titular de ENACOM, Miguel De Godoy, que tiene varios cortocircuitos con otros organismo oficiales, como justamente el Ministerio de Aguad, “va a tener que trabajar mucho en esto”.
