Brasil está convulsionado. Trascendió ayer la existencia de una grabación en la que se escucha nada menos que al presidente, Michel Temer, avalando el pago de sobornos a cambio del silencio del ex líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, en relación a hechos de corrupción. La oposición pidió su impeachment (juicio político) y destitución, reclamo que también se instaló en las calles, con manifestaciones hasta altas horas de la noche.
El estallido comenzó cuando el diario O Globo reveló que Temer fue grabado por Joesley Batista, uno de los dueños de JBS Friboi –el mayor frigorífico el mundo–, dando su aval a la compra del silencio de Cunha, preso y ya condenado a más de 15 años de prisión por su participación en la trama de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, además de ser considerado el principal impulsor del juicio político que destituyó a Dilma Rousseff y fue la antesala de la polémica asunción de Temer.
Batista, con un grabador escondido, registró un diálogo de unos 40 minutos con el presidente brasileño en el cual le confesó a Temer que estaba sobornando al ex presidente de la cámara de Diputados para que no abriera "el pico". La respuesta del mandatario fue clara: “Está bien, hay que mantener eso". Así, avaló las coimas sin dudarlo.
La escucha aún no circuló públicamente, pero fue filtrada al multimedios y está en poder del Tribunal Federal de Justicia. Y la oposición comenzó a pronunciarse de inmediato por la destitución. El diputado Alessandro Molon, del Rede Sustentabilidade, adelantó que solicitó a la Cámara la apertura de un ‘impeachment‘.
Por su parte, Carlos Zarattini, diputado del Partido de los Trabajadores (PT), afirmó: "En este momento en que surgen esas grabaciones, este gobierno no tiene legitimidad para continuar gobernando. Llegó al punto y final. El punto final si no viene por su renuncia, será hecho por esta Cámara y por este Senado a través de un ‘impeachment’".
Temer reconoció ayer haber mantenido una reunión en marzo pasado con Batista, aunque negó haber avalado sobornos.
La edición online del diario O Globo también publicó que el ex candidato presidencial derrotado en 2014 Aécio Neves, un senador aliado de Temer, le pidió unos 2 millones de reales (600 mil dólares) a los dueños de JBS para pagar su defensa en la Operación Lava Jato, una transacción que se hizo y fue filmada.
Por eso, el procurador general de la República pidió la prisión de Neves y de su hermana, Andréa Neves. También fue apartado, a pedido de la Procuraduría General de la República, el diputado Rocha Loures (PMDB-PR), uno de los dos asesores más cercanos del presidente Michel Temer. Loures habría recibido un soborno de unos 200 mil dólares.
