Como si cada punto porcentual de medición de la pobreza no se tradujera en carencias concretas de hombres y mujeres de carne y hueso,
el presidente del bloque del PRO en la Cámara de Diputados, Nicolás Massot, planteó que es "una trampa" analizar el incremento de la pobreza y la indigencia registrado el año pasado según un
informe de la UCA. Pidió tratarla "en su dimensión estructural" y no estar “discutiendo si es 32 o 33 por ciento".
Ayer, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (OSDA) de la Universidad Católica Argentina dio a conocer su nuevo informe de medición de la pobreza y la indigencia:
en casi un año, entre 2015 y el tercer trimestre de 2016, la pobreza pasó del 29 al 32,9% en Argentina. Esto implica que hay 1,5 millones de nuevos pobres en el país, además de alrededor de 600 mil nuevas personas en la indigencia, que trepó al 6,9 por ciento.
Pese a estos indicadores, reflejados por una institución que no puede ser tildada de kirchnerista, Massot minimizó los datos.
"Cómo se mide la pobreza es legítimo y hay que prestarle atención, pero es una trampa. Después de 35 años de Argentina con niveles de pobreza arriba de 25 por ciento, aún en años de crecimiento, lo que nos tenemos que preguntar es por qué si cuando crecíamos a tasas chinas, al 12 por ciento, no logramos bajar la pobreza al 30 por ciento, y no me refiero solo al Gobierno anterior sino también a la década del '90", enfatizó, sin hacer referencia al millón y medio de nuevos pobres generados durante el gobierno al que él pertenece.
Además,
afirmó que a fin de año "la estadística va a dar en descenso" y dijo que el oficialismo "no va a salir a jactarse de que está bajando la pobreza porque tuvimos una paritaria un poco más alta que la inflación".
En declaraciones a radio La Red, Massot pidió "tratar la pobreza en su dimensión estructural" y advirtió que "la generación de trabajo formal y estable es la única forma de salir de la pobreza y no que estemos discutiendo si es 32 o 33 por ciento".
