El vuelo de Aerolíneas Argentinas número 1133, que partió desde el aeropuerto de Barajas hacia la Argentina, no sólo fue noticia por ser abordado por el presidente Mauricio Macri y la primera dama, Juliana Awada. También, porque
en el mismo avión se transportaban 64.000 pastillas de éxtasis. Según el juez federal N° 6, Marcelo Aguinsky, el hecho fue “cien por ciento casualidad”.
El magistrado aclaró que ni Macri ni los integrantes de la comitiva oficial que regresó al país junto al Presidente desde España a fines de febrero pasado están involucrados en el tráfico de 64.000 pastillas de éxtasis descubierto en el Aeroparque Jorge Newbery.
"Es casualidad ciento por ciento, no tengo ninguna hipótesis más allá de que sea una cosa casual", afirmó en diálogo con ámbito.com.
"¿Es posible que algún integrante de la comitiva argentina, o el mismo Presidente sea citado a declarar por este caso como testigo?", le preguntaron al magistrado. "La verdad no lo veo, pero supongo que tampoco el fiscal ha analizado esa situación", respondió.
La droga transportada en dos valijas en el mismo vuelo en que viajó el jefe de Estado está valuada en $ 12.800.000. El cargamento partió el 26 de febrero pasado de la terminal española de Barajas en el viaje AR 1133 de Aerolíneas Argentinas sin ser detectado allí. Las valijas las portaban dos ciudadanos colombianos. "Embarcaron en Bruselas los pasajeros, y después hicieron la conexión con Aerolíneas, que venía a Buenos Aires", explicó el juez.
Los extranjeros lograron subir la droga al avión, sin despachar equipaje. Al llegar a Ezeiza, la sustancia ilegal tampoco fue detectada por efectivos de seguridad. Según el procesamiento de los dos traficantes que firmó Aguinsky, en el puesto de Aduana les tocó luz verde e ingresaron al país sin mostrar sus pertenencias. Las pastillas estaban escondidas en un doblefondo de las valijas y viajaron a pocos metros del mandatario. Sin embargo, las dos personas fueron atrapadas luego en Aeroparque, cuando quisieron abordar otro vuelo rumbo a Santiago de Chile, su destino final.
Los dos colombianos fueron apresados por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y luego procesados por el juez. En su sentencia, los acusó de "tentativa de contrabando de exportación por ocultamiento, agravado por tratarse de estupefacientes inequívocamente destinados a ser comercializados". La pesquisa continuará en Europa para saber el origen de los comprimidos de éxtasis.