La
detención de un nene de ocho años acusado de robar un par de zapatillas en un pelotero de Liniers o la
tortura a dos adolescentes de La Garganta Poderosa en la Villa 21 por parte de policías y gendarmes fueron los hechos más visibles de una avanzada represiva hacia los más jóvenes. Que, además, son los más afectados por la crisis económica, con uno de cada tres menores de 18 años en situación de pobreza. Por todo esto,
cientos de chicos –acompañados por referentes de organizaciones sociales- partieron en caravana ayer desde La Plata y marchan hoy hasta Plaza de Mayo. El lema: “Los pibes y las pibas no somos peligros: estamos en peligro”.
“Casos como la detención del nene de ocho años y la tortura a los chicos de La Garganta Poderosa son la punta del iceberg. Pero hay muchos más que no se ven. Trabajadores estatales en institutos de menores nos dicen que vuelven a estar llenos. Y hay cada vez más requisas por portación de cara”, advirtió Clarisa Gambera, secretaria de Acción Social de la CTA y miembro del Encuentro Niñez y Territorio, el colectivo que impulsa la caravana. La medida “tiene que ver con una sucesión de casaos que dan cuenta de un avance de la política represiva hacia los pibes.
Las organizaciones nos vimos en la necesidad de salir del encierro. Recibimos pibes en situaciones cada vez más complejas. Entre otras cosas por la connivencia entre fuerzas de seguridad y narcotráfico o redes de trata en los barrios”, denunció, en diálogo con Política Argentina.
La "Caravana de los pibes y las pibas" arrancó ayer en la ciudad de La Plata, en demanda de "políticas públicas para la niñez". Hoy a las 14 concentra en Avenida de Mayo y 9 de Julio para marchar hacia Casa Rosada, donde habrá un cierre con festival artístico en Plaza de Mayo. La movida cuenta con el respaldo de las dos CTA, el Frente Popular Darío Santillán y la agrupación Chicos del Sur de Villa Fiorito, entre otras. “Es la primera vez que se hace esta caravana de dos días, pero retoma la historia de la Marcha de los Chicos del Pueblo”, indicó a este medio Omar Giuliani, coordinador del Hogar Ruca Hueney, en referencia a la histórica movilización que nació en plena crisis de 2001.
Ayer, la caravana partió con unos 300 chicos, que hoy se reunieron con alrededor de 700 que los esperaban en Barracas, más otros que llegaban desde distintos puntos del conurbano y villas porteñas.
“Reclamamos políticas públicas al Estado pero también hay una situación de indiferencia en la sociedad. Si la gente sigue creyendo que los pibes compran balas con la plata de los subsidios –como dijo el ministro de Educación, Esteban Bullrich-, la situación de desamparo en la que van a quedar es cada vez más tremenda”, alertó Gambera. Y resaltó la necesidad de “quebrar el planteo mediático que muestra a los pibes como peligrosos”. Por último, destacó que “acá marchan chicos como sujetos políticos. Se movilizan junto a los adultos, pero reclaman ellos, las pancartas las hicieron ellos”.
