23.12.2015 / Ciudad de Buenos Aires

Sueño cumplido: San Lorenzo volverá a Boedo

Finalmente el supermecado Carrefour aceptó la oferta y San Lorenzo volverá al barrio en el que pasó la mayor parte de su historia. Por una ley del Ejecutivo, durante la última dictadura militar, se vieron obligados a vender los terrenos que hoy recuperaron. Conocé más sobre esta emotiva historia.




El 2 de diciembre de 1979 el Club San Lorenzo de Almagro, fundado un 1 de Abril de 1908, perdía lo escencial que tiene todo club que practica fútbol: Las tierras de su Estadio. Eran otros tiempos en la Argentina, la última dictadura militar estaba en pleno auge, en la Ciudad eran tiempos de Osvaldo Cacciatore. 

La idea del gobierno de facto era que tres de los principales clubes de la Ciudad ocupen un mismo estadio: San Lorenzo, Huracán y Velez Sarfield. En ese entonces como el Viejo Gasómetro era antiguo, de madera y los accesos eran complejos en un barrio que crecía, se presionó al club, envuelto en deudas y pedidos de quiebra, para vender los terrenos. San Lorenzo atravesaba una profunda crisis en todos los órdenes y jugó, en un mar de lágrimas, su último partido en el viejo y querido Gasómetro. Fue un empate sin goles contra Boca, el 2 de diciembre de 1979, el Estadio conocido como el Wembley porteño, había nacido el 7 de mayo de 1916. La comisión directiva de entonces aprobó el traspaso al gobierno de la ciudad.

Mientras el Ciclón volvía a primera (descendió en 1981) y seguía su derrotero por otros escenarios, el gobierno aprobó la venta al banco Mariva a cambio de ocho millones de dólares, aunque por las diversas crisis económicas no se tiene precisión del monto exacto. Se iban a construir complejos de departamentos como en otras zonas de Buenos Aires. Pero apareció en escena Carrefour, que habría actuado de buena fe. Y San Lorenzo aceptó los terrenos de la que hoy es la Ciudad Deportiva, en el que tiempo después, con Fernando Miele como presidente, se inauguró el Nuevo Gasómetro en 1994.

Adolfo Resnik, integrante de la Subcomisión del Hincha fue uno de los primeros en pensar el proyecto de Restitución Histórica, el mismo fue aprobado en la Legislatura con 49 votos a favor, y el 4 de abril del 2014 se terminó de acordar con la empresa la devolución del predio mediante una indenmización, la cual recién este 23 de diciembre de 2015 se terminó de aceptar. "Muchos me decían 'vos estás loco, cómo vas a hacer para ganarle a una multinacional", contó en más de una ocasión. Hoy la locura es una realidad, de un proceso que aún no terminó.

La hinchada de San Lorenzo en la legislatura


Con la llegada de Matias Lammens y Marcelo Tinelli al club, San Lorenzo creció en lo instiucional, se acomodó económicamente y tomaron el reclamo de la vuelta a Boedo como propio. En el acuerdo con Carrefour, además de la indemnización pagada, se deberá realizar una inversión millonaria que incluye la construcción del estadio, una escuela pública, estacionamientos subterráneos, espacios verdes y pagarle más de 30 millones de pesos a la empresa Carrefour para el desarrollo de otro supermercado.

(CASLA) AnteProyecto EcoEstadio Av La Plata


La pasión de los hinchas se movilizó una y otra vez, armando fideicomisos para comprar metros cuadrados a fín de obtener el dinero de la indemnización. A esto, rifas, festivales y más locuras para ayudar al club a volver al barrio que la dictadura más sangrienta les quitó. En el medio, los vecinos de Inclan, Las Casas y Avenida La Plata divididos en sus opiniones, en cuanto a tener un estadio de fútbol en su barrio, el que también albergaría recitales y otros eventos.

"Después de un poco más de tres años, Carrefour acepta la propuesta. Es histórico, los socios están felices de haber aportado dinero para poder comprar los terrenos. El club tiene programado hacer la firma en el estadio y después a festejar a Av. La Plata", declaró Marcelo Culotta jefe de prensa de la subcomisión del hincha a este portal. 

Marcelo Tinelli se emocionó en las redes sociales y recordó a su padre. No es para menos, San Lorenzo recuperó su historia, un arraigo popular que nunca debería haber perdido. Una de las últimas deudas de la democracia, una deuda de todo el fútbol argentino. ¡Chapeau!