El aplastante triunfo del peronismo en las primarias abiertas de Chaco
sorprendió al radicalismo, que esperaba un mejor resultado para su candidata Aída Ayala. Tras el escrutinio final, que arrojó
una diferencia de más de 22 puntos porcentuales en favor del frente oficialista Chaco Merece Más sobre la alianza opositora Vamos Chaco, apoyada por la UCR, el PRO, el Frente Renovador y partidos locales opositores, en el radicalismo siguen analizando la derrota.
"Cuando hablamos con la gente de allá después de la elección, nos decían que ellos también esperaban que saliera más parejo. Pero fue una paliza,
59 a 37 es una paliza", reconoce en diálogo con Política Argentina un ex funcionario del gobierno de Raúl Alfonsín.
Según la encuestadora
Poliarquía, la candidata de la UCR,
Aída Ayala, aventajaba 49 a 44% a su competidor, el peronista Domingo Peppo. Eso la había llevado a decir en abril: "Las últimas encuetas dicen que si las elecciones fueran hoy, ganamos nosotros".
Por eso,
la noticia sacudió al radicalismo. "Chaco era una de las provincias donde más chances teníamos de ganar", se lamentó el dirigente radical, hoy en día allegado a Ernesto Sanz. En el conteo del mapa de gobernaciones, el radicalismo contaba cerca de 15 provincias donde presenta candidatos competitivos, de las cuales tendría chances reales de ganar entre tres y cinco. "Poniendolo en orden de posibilidades, Mendoza era la primera y Santa Cruz, la segunda. Y ya la tercera era Chaco", reconoce con decepción.
Según el esquema que proponía Sanz, la alianza con el PRO les permitiría acceder a más gobernaciones. Por eso, ante la derrota en Chaco, ya se alzaron algunas voces en contra de la estrategia que resolvió en marzo la Convención radical. "
Este resultado es un golpe a la propuesta de Sanz. Nuestro principal argumento era que aliándonos a Macri íbamos a conseguir más bancas en el Congreso, más intendencias y más gobernadores", señala el hombre de la UCR.
Pero además,
la derrota pone en duda la eficacia que pueden tener las alianzas de la oposición contra los oficialismos, algo que repercute con mayor fuerza en medio de las
negociaciones para crear una primaria amplia de la oposición a nivel nacional ante el
crecimiento del oficialista Daniel Scioli en las encuestas. La idea de creer que los votos son de los dirigentes y que cuando ellos se unen, se unen sus votos, se probó falsa.
"
En Mendoza la coalición amplia funcionó y sirvió para que no ganara el kirchnerismo, pero en Chaco no. Esto prueba el nivel de territorialidad que tiene la política argentina. Cada provincia tiene una dinámica propia y no se puede aplicar la misma estrategia", evalúa el dirigente de más de cuatro décadas de militancia en la UCR.