"Los peronistas te acompañan hasta la puerta del cementerio, pero no entran", esta frase se me vino a la cabeza de inmediato tras enterarme de los portazos que dieron esta semana pasada Jesús Cariglino, Mario Das Neves y Darío Giustozzi al espacio político comandado por el tigrense. El éxodo recién empieza y, por lo que se rumorea en el submundo político, es esperable que esta semana otros personajes de peso abandonen el barco massista que avisora el iceberg de la derrota y que el despliegue en la cancha de Vélez Sarfield y el quincho de De La Sota no logró sacar a flote.
Así como los mercados de capitales descuentan el éxito o fracaso futuro de una empresa o país ajustando el precio presente de la acción o el bono, el mercado político se mueve por sensibilidades similares y los abandonos recientes son indicio de un fracaso futuro del massismo. Las tendencias otorgan un panorama negativo al Frente Renovador y si bien la mayor parte de esos votos y apoyos migran hacia la candidatura presidencial de Mauricio Macri creo que estamos llegando a un punto donde corresponde hacer un alto y preguntarnos qué sentido tiene que Massa continúe esta estrategia o que nosotros ignoremos la oportunidad.
Siendo que la transferencia de votos del massismo hacia el macrismo no es completa en un escenario de derrota, a pesar de que la misma Malena Massa haya reconocido que votaría por Mauricio Macri antes que por Scioli, debemos empezar a trabajar para consolidar esa transferencia y fortalecer la idea de un cambio que nuestro país necesita. Aún si Massa decide no bajarse de la carrera presidencial y sumarse efectivamente a nuestro frente electoral tenemos que trabajar para que la transferencia de votos de Massa a Macri se eleve: hoy aproximadamente 6,5 de cada 10 votantes pasarían a votar al Jefe de Gobierno porteño.
Más allá de cómo y cuándo se vaya Massa de la carrera presidencial sería de una tremenda irresponsabilidad política tanto de nuestro frente como del massismo no trabajar a conciencia que en el mediano plazo probablemente tengamos que aunar esfuerzos para vencer al kirchnerismo: la fuerza que se ha querido cargar a la Justicia, abusó de los fondos públicos tanto como pudo, esgrimió la violencia institucional en todo momento, desaprovechó el contexto internacional para que Argentina logre desarrollarse de forma sustancial y prefirió la propaganda al Progreso, el autoritarismo a la república.
Si bien lo sensato sería que ambas fuerzas se sentaran a discutir los términos de la reconversión massista y que se empezase a construir desde hoy la coalición necesaria para terminar con la cleptocracia kirchnerista entiendo que para el massismo una transición de este tipo puede ser demasiado traumática hoy día por lo que creo que es nuestra responsabilidad trabajar para que el paso hacia la unidad sea menos dura.
Podemos seguir eligiendo evitar dar este debate. Pero si permitimos que el massismo se desangre sin que tengamos una estrategia de contención definida se nos puede escapar la oportunidad de dar vuelta a la página de la Historia Argentina.
*Abogado y Asesor Parlamentario (Congreso Nacional - Unión PRO - Unión por la Libertad)