El panorama pareciera ser el de cualquier dirigente que se ha sentado en los últimos 100 años en el sillón presidencial de la sede de Mitre 470, donde están las oficinas del Club Atlético Independiente. Allí, desde el invierno del 2014, Hugo Moyano es presidente pero no pierde sus verdaderos intereses. Maneja los movimientos del gremio y se encarga del holding de empresas que generó con la conducción del Sindicato de Choferes de Camión: todo pasa por su decisión, desde los refuerzos del club a la disputa de aumento salariales para mantener la organización de un sindicato con 200 mil afiliados.
Desde que se distanció del kirchnerismo, Moyano perdió poder y protagonismo en la escena política, además de su influencia en los juzgados y una suma de subsidios. El 2015 lo encuentra centrado en una estrategia clave: redistribuir el poder familiar y sentar una posición política y gremial de cara al próximo gobierno. En especial en el eje político.
El paro nacional es acaso la medida que necesitaba para volver a escena y establecer su nombre casi como una pieza que ningún candidato que desea llegar a la presidencia pueda eludir. Esta vez, a diferencia de cuando llamó a votar por el proyecto de los Kirchner, Moyano no se encolumnará detrás de ningún candidato, sino que ya está jugando a tres puntas. Omar Plaini es su hombre en el sciolismo, los negocios económicos y laborales lo unen con el PRO y el Presidente de la Legislatura porteña y macrista,Cristian Ritondo, quien ocupa un puesto importante en la Comisión Directiva de Independiente. Mientras que en el massismo, la unión la propone su hjo Facundo quien en su rol de diputado nacional, juega en la disputa de poder dentro del Frente Renovador.
El líder del clan Moyano tiene 71 años, ajusta su modo de vida y distribuye su poder. Desea quedar en la historia como quien logró ordenar económicamente al Club Independiente y sueña con terminar el estadio y depositar al “Rey de Copas”, en la órbita internacional, lugar donde forjó su rica historia. Además, disputa el poder de AFA en una alianza con Marcelo Tinelli que podría catapultar al conductor en el sillón máximo del fútbol y darle a Moyano una importante tarea en el control del dinero. Esto último también corresponde a una pelea de poder político, y mucho tendrá que ver el próximo gobierno.
El poder centrado en la red familiar.
El jefe de la CGT opositora se apoya sustancialmente en su familia, su mujer actual
Liliana Zulet se encarga fuertemente de cada letra que el sindicalista reproduce en sus discursos y es meticulosa de cada uno de sus actos. Zulet es sin duda el cerebro del club, es la principal mentora del holding empresarial que se vinculan con el sindicato de camioneros. Entre las empresas que se conocen, además de los hoteles, son la constructora (Aconra SA), el taller de ropa (Dixey SA), la prestadora médica (Iarai SA) y una aseguradora de riesgos del trabajo (Caminos Protegidos). Además se sospecha de otro tanto de empresas que posee. Sin duda es el sustento clave para el líder, además de una gran estratega.
Pablo es actualmente el sucesor de su padre al mando de Camioneros y aspira a serlo en la CGT, además lo acompaña con un cargo en la dirigencia de Independiente y al mando del Club Camioneros de Luján. En la sucesión, Hugo sabe que su hijo no es tan cerebral y negociador como él, pero
suele apoyarse en su fuerza de choque gremial y en su gente que ocupa lugares predominantes en la barrabrava de Independiente.
Facundo, que también incursionó en el fútbol bajo el mando del club marplatense Alvarado, es diputado nacional y está jugando en el espacio de Sergio Massa. Considerado el mejor estratega de la familia, sabe como moverse y crear estructuras de poder en la política aunque sufre el arrastre de la mala imagen de los otros miembros del clan y se le hace complicado cristalizar sus apetencias electorales. Es el referente de la Juventud Sindical de los gremios que están agrupados en la CGT moyanista y suele ser quien negocia con sectores distantes actuando de nexo: su figura fue clave para nuclear a los dirigentes de transporte en el último paro, los cuales resultaron claves para que la medida de fuerza haya tenido mayor trascendencia.
Por último, Huguito, es abogado laboralista y asesor de su padre. Además brinda asesoría a 15 gremios y se encarga de armar las listas opositoras al gobierno en los distintos gremios. Hoy su disputa de poder es con el estudio de Héctor Recalde: desde que este último se distanció de Hugo padre, protagonizan una disputa interna en cada elección gremial.
Hacia 2016
El último paro que impulsó Moyano pareciera ser la definición de una estrategia de influencia de poder de cara al año electoral. Reposicionar su imagen y mostrarle a los presidenciables, que él aún está vigente y que deberán sentarse a negociar con los Moyano para poder gobernar.