El crimen de Nahuel Aguilar desató la furia de los vecinos, quienes se concentraron en la Plaza Mariano Moreno para exigir justicia y reclamar mayor seguridad, a pesar de que el asesinato no estaría directamente relacionado con hechos de inseguridad. Los manifestantes, entre los que se encontraban compañeros de trabajo de la víctima, comenzaron a arrojar piedras contra el edificio y las patrullas estacionadas afuera. A medida que la situación escaló, algunos incluso treparon la fachada del edificio, golpeando los vidrios con sus manos.
La violencia aumentó cuando los manifestantes atacaron a los policías con neumáticos, conos y piedras. En respuesta, la policía utilizó balas de goma y gas pimienta para dispersar a la multitud. La situación se complicó aún más con peleas entre los propios vecinos, mientras algunos denunciaban que los efectivos habían herido a personas que no estaban participando de los disturbios, como la novia de la víctima.
El secretario de Seguridad de Moreno,
Ismael Castro, informó que la situación fue controlada y que entre 15 y 20 personas fueron detenidas por los disturbios. Además, mencionó que varios policías resultaron heridos por los proyectiles lanzados y fueron trasladados al Hospital Mariano y Luciano de la Vega. Las autoridades del municipio intentan establecer contacto con los familiares de la víctima y con los representantes de los repartidores de la zona para abordar la creciente preocupación por la seguridad.
En cuanto al crimen de Lucas Aguilar,
las autoridades explicaron que no se trató de un robo, sino de una pelea en la que Aguilar intervino para defender a un vendedor ambulante. A pesar de que los incidentes se centraron en la lucha por justicia, la violencia en las calles y la creciente preocupación por la inseguridad en el área siguen siendo temas de debate.