La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, realizó una nueva incursión en el Gran Buenos Aires, específicamente en San Isidro, para entregar 33 patrulleros que elevan el parque vehicular policial a 120 móviles y 46 motos. El acto, que contó con la presencia de tres intendentes opositores, se leyó como un mensaje directo hacia adentro del PRO, particularmente hacia su líder, Mauricio Macri.
El anfitrión,
Ramón Lanús, destacó la inversión de más de $1.076 millones para reforzar la seguridad del distrito: “Esta adquisición es una muestra clara de que nuestro compromiso con la seguridad es total”. Los nuevos vehículos, camionetas Toyota Hilux 4x4 con tecnología avanzada, forman parte de una estrategia integral que, según el jefe comunal, ya ha mostrado resultados concretos: "Creció un 40% la cantidad de detenciones y bajó el robo de motos; estamos siendo implacables con el delito", aseguró.
Bullrich no se limitó a la gestión. La foto junto a los intendentes Lanús, Jaime Méndez (San Miguel) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero) dejó entrever una maniobra política clave: consolidar su fuerza en el conurbano y proyectarse como una figura central dentro del PRO de cara a las legislativas de 2025. El gesto cobró más relevancia al incluir al senador bonaerense Joaquín De la Torre, un aliado estratégico en territorio bonaerense, donde la oposición al oficialismo provincial es escasa pero influyente.
Con solo cuatro intendentes opositores en el conurbano, Bullrich busca expandir su base política en la primera sección electoral, que concentra al 37% del padrón provincial.
Más allá de su mensaje de unidad en seguridad, esta jugada parece orientada a fortalecer su perfil de liderazgo, incluso con miras a un eventual acercamiento con La Libertad Avanza.
