El presidente Javier Milei presentó en el Congreso el proyecto de Presupuesto 2025, con un fuerte énfasis en el equilibrio fiscal y la austeridad. En su discurso, el mandatario nacional delineó una hoja de ruta, afirmando que el presupuesto propuesto busca imponer un “cepo al Estado” y blindar las cuentas públicas en cualquier escenario económico. Milei prevé un dólar a 1200 pesos en diciembre, un crecimiento del 5 por ciento y una inflación del 18%.Sin embargo, la presentación suscitó tanto elogios como críticas debido a su enfoque radical y sus implicaciones potenciales para el país. Fuertes críticas a la anterior administración y hasta el default del 2001
Durante su intervención, Milei destacó varias frases clave que encapsulan su visión económica. Afirmó que “este proyecto de presupuesto tiene una metodología que brinda el equilibrio fiscal sin importar cuál sea el escenario económico”, y que la Argentina será “solvente” gracias a la reducción del riesgo país y la inflación. El presidente se presentó además como el primer economista en la presidencia de la nación, subrayando su enfoque técnico y su rechazo a la gestión política tradicional que, según él, ha llevado al país a la ruina económica.
Recalcó:
“Los políticos no entienden la restricción presupuestaria y no quieren dejar de gastar, generan déficit. Para cubrir ese déficit, lo primero que hacen es tomar deuda. Pero como no hacen el ajuste necesario, la deuda se vuelve impagable y entonces default. Así es como nos convertimos en el mayor defaulteador serial del mundo, pero el default no es inocuo”. En este marco, también advirtió que iba a vetar todos los proyectos de ley que vayan en contra de esta previsión.
“Nuestra metodología presupuestaria va a lograr tres objetivos inéditos. Uno, va a blindar el equilibrio fiscal para siempre, terminando con el castigo de la deuda y la emisión. Va a obligar al Estado a hacerse cargo y absorber los efectos de las perturbaciones en la economía. Y para cuando haya mejoras permanentes, como serán los años venideros, va a obligar a devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de la reducción de impuesto”, detalló.
Una de las declaraciones más llamativas de Milei fue:
“Después de años donde la clase política vivió poniendo cepos a las libertades individuales, hoy venimos aquí a ponerle un cepo al Estado”. Con este comentario, Milei reforzó su compromiso con la austeridad y la reducción del gasto público, que él considera esenciales para combatir el déficit y la inflación. Sin embargo, su retórica agresiva y el énfasis en la austeridad total también han generado preocupación sobre los posibles impactos sociales de sus políticas.
“El déficit es el corazón del problema, la reducción del gasto para lograr superávit va a estar en el centro de la solución”, sostuvo.
Milei también abordó la herencia económica que recibió, describiendo el déficit fiscal como una “herencia de 15 puntos del PBI” y criticando la gestión anterior por su incapacidad para manejar la deuda. Sus críticas se centraron en el gasto público, que él considera como una “tragedia humanitaria”, y en la necesidad de un ajuste severo para revertir el ciclo de crisis económicas. La afirmación de que “la deuda es producto del déficit” y la insistencia en que el ajuste es la única solución podrían resultar controversiales, especialmente en un contexto donde muchos argentinos ya enfrentan dificultades económicas.
La presentación de Milei también incluyó un llamado a los gobernadores para que se alineen con las metas de reducción del gasto público, advirtiendo que cualquier intento de aumentar impuestos a nivel provincial será rechazado. Este enfoque centralizador y su demanda de austeridad podrían poner a prueba la capacidad del gobierno para mantener la cohesión política y social, mientras navega por un entorno económico desafiante.