La escritora argentina Mariana Enriquez fue galardonada con el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, en reconocimiento a su destacada contribución a la literatura contemporánea. Este prestigioso premio, otorgado por la Universidad de Talca en Chile, honra la obra de Enriquez por su exploración única del terror y su capacidad para abordar temas complejos de la realidad latinoamericana, como la violencia, el terrorismo de estado, las desigualdades sociales y las cuestiones de género.
La ceremonia de premiación coincide con el centenario del nacimiento del escritor José Donoso, conocido por obras clave como *El lugar sin límites*. Enriquez se suma a una ilustre lista de ganadores del galardón, incluyendo a José Emilio Pacheco, Beatriz Sarlo, Samanta Schweblin y Pedro Lemebel. El jurado destacó la prosa innovadora y el poder evocador de la narrativa de Enriquez, particularmente en colecciones como *Los peligros de fumar en la cama* y *Las cosas que perdimos en el fuego*.
Enriquez, nacida en Buenos Aires en 1973, ha sido una figura relevante en la literatura argentina y ha visto su obra traducida a más de 23 idiomas. Su primer libro, *Bajar es lo peor* (1995), exploró la vida de adolescentes en un Buenos Aires de los años noventa. Posteriormente, obras como *Cómo desaparecer completamente* (2004) y *Este es el mar* (2017) continuaron desarrollando su exploración de temas oscuros y complejos. Su novela más reciente, *Nuestra parte de noche* (2019), aborda la violencia de la dictadura argentina a través de elementos fantásticos y rituales perturbadores.
A pesar de este prestigioso reconocimiento, Enriquez ha sido crítica del contexto político actual en Argentina. En julio de este año, durante una gira por España y en una entrevista con elDiario.es, la escritora expresó su descontento con el presidente Javier Milei y criticó el “progresismo cómodo” en el país. Enriquez manifestó su rechazo a Milei y a su administración, argumentando que el triunfo del presidente es reflejo de un descontento profundo en la sociedad y una incapacidad de las opciones progresistas para conectar con los votantes. Según Enriquez, la elección de Milei indica un grado significativo de desesperación entre los ciudadanos, al tiempo que subraya la falta de respuesta efectiva de los representantes políticos convencionales.
“No voté a Milei, no lo votaría en mi vida y preferiría que otra persona fuera el presidente", dijo Enriquez. "Lo que pasa es que está demostrado que vivir en la indignación no funciona, políticamente hablando. Ya sé que es un horror. El problema es cómo logró una representación del 56%. Eso quiere decir que hay una sociedad que tiene un hartazgo y que encuentra una esperanza en un personaje que claramente tiene un carisma. Y eso es terrorífico porque quiere decir que estaban muy desesperados. Y también es terrorífico que las opciones progresistas y de política más convencional no lo hayan visto, porque quiere decir que además de desesperados, estaban desamparados por sus representantes”, había subrayado
