El secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Diego Kravetz, volvió a meter polémica con sus opiniones acerca de las miles de personas que viven en situación de calle pero, esta vez, además de hablar de los presuntos "problemas psiquiátricos y de adicciones", se animó a desalentar que los vecinos les den comida porque los "acomodan en la pobreza y es un circuito no virtuoso".
El funcionario de Jorge Macri reconoció que el aumento en la cantidad de personas en situación de calle y afirmó que actualmente son "más de 4.500". En abril de 2024, el gobierno porteño informó que eran 3.560 las personas en esa condición, de las cuales 2.235 se encontraban en Centros de Inclusión Social (CIS) y 1.325, en la vía pública.
Sin embargo, Organizaciones de la sociedad civil que cuestionan la metodología del Gobierno de la Ciudad sostienen que la cifra real es mayor. Relevan que en diciembre de 2023 había 8.028 personas en situación de calle en el distrito porteño.
"En la Ciudad hay un tema convivencial en donde tratamos de darle una vuelta de tuerca, la situación de calle es una situación muy penosa y romantizarla es hacer pobrismo", dijo Kravetz entrevistado en Futurock.
En ese sentido, el funcionario retomó su habitual mirada estigmatizante al advertir, sin datos, que "hay distintos tipos de personas en situación de calle" y que "los que son complicados son los que hacen rancheadas porque suelen hacer cosas ilícitas".
"Hay un montón de personas en situación de calle con problemas psiquiátricos y de adicciones, a ellos hay que abordarlos de otra manera", insistió.
En la misma línea, Kravetz comparó el problema de quien tiene que vivir en la calle con lo que le sucede a un vecino que observa a alguien durmiendo en la vía pública: "Es difícil la convivencia. Es chocante para una persona tener a alguien viviendo en el palier de su edificio"
"Nosotros somos el Estado y tenemos que hacer cumplir las reglas de convivencia", dijo, y agregó que "si cada uno cuando no le gusta lo que hay hace lo que quiere, las reglas de convivencia se alteran", en el marco de rechazar los cuestionamientos a la modalidad con la que funcionan los paradores de la Ciudad.
No conforme, Kravetz diferenció, como parte de un mismo grupo, a los cartoneros y las personas en situación de calle del resto de las personas: "La cabeza del cartonero ya de por sí es distinta al resto de los ciudadanos por su tipo de trabajo, como el de la gente que vive en situación de calle".
Y remató, desalentando que los porteños sean solidarios y ayuden con comida: "Si como vecino le das un plato de sopa caliente a la persona que vive en la calle, lo acomodas en la pobreza y es un circuito no virtuoso".
