La niña tucumana de 11 años quedó embarazada tras ser violada por la pareja de su abuela.
Desde el 23 de enero espera la interrupción de la gestación forzada. El crfítico momento que atraviesa la llevó a intentar suicidarse. Su mama la está acompañando en la internación en el Hospital del Este Eva Perón, en las afueras de San Miguel de Tucumán.
El embarazo ya lleva 23 semanas y media. Pero se lo detectaron el 23 de enero, en el Centro de en un Atención Primaria de la Salud, de la localidad de Siete de Abril, departamento de Burruyacú,cerca de la frontera con Santiago del Estero. El 31 de enero la derivaron al Hospital del Este Eva Perón, en las afueras de San Miguel de Tucumán. Ingresó por “autolesiones”:
la niña tuvo intentos de suicidio, como consecuencia de las vivencias que está atravesando, según confiaron fuentes judiciales.
Con la dilatación de la decisión qe le permita a la nena acceder a un aborto, la provincia está incumpliendo el “Protocolo Interinstitucional para el Abordaje de niños, niñas y adolescentes víctimas o testigos de abuso sexual”, que aprobó el Poder Ejecutivo y el Judicial de Tucumán en julio de 2015, que establece que se debe cumplir con los protocolos de Nación en casos de violencia sexual y que
el sistema de salud debe ofrecer y garantizar la interrupción legal de embarazo como opción terapéutica en caso de embarazo forzado.
Por su parte, el secretario de Salud de la provincia, Gustavo Vigliocco, declaró al programa “Pasaron Cosas” de Radio Con Vos FM 89.9 que: “La niña quiere continuar con su embarazo. Consideramos los riesgos pero ella es grande de contextura, tiene más de 50 kilos”.
El funcionario hizo oídos al deseo de la niña que, según confiaron fuentes judiciales al diario Página12, le había pedido a la psicóloga del hospital:
“Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo”. La niña, la menor de tres hermanas, nunca buscó esa gestación: la embarazó la pareja de su abuela, que tenía su guarda porque a la mamá se la habían quitado cuando un novio suyo llegó a abusar de sus dos hijas mayores.
Cabe destacar que el gobernador de la provincia, el peronista Juan Manzur, participó en la capital tucumana de marchas “por las dos vidas” durante el debate de la legalización del aborto en el Congreso. Además,
la directora del Hospital del Este, Elizabeth Ávila, en 2016, pretendió obstaculizar un aborto a una mujer que cursaba un embarazo deseado y buscado con feto anencenfálico.
En este contexto, una fiscal, Adriana Giannoni, está tratando, de oficio, de impedir la interrupción del embarazo, buscando que intervenga una defensora por el “no nacido”. Esta misma fiscal pretendió el año pasado criminalizar a una médica del Hospital Avellaneda, Fabiana Reina, que formó parte del equipo médico que garantizó un aborto legal a otra nena de 11 años violada a mediados de 2018.