09.10.2018 / Internas en la Corte

Chau paz: Rosenkrantz le quitó el portal de información judicial a Lorenzetti y el exjefe de la CS promete guerra

Mientras el fuego cruzado entre el macrismo y Carrió por la justicia no acaba, en la CSJN se terminó la guerra fría tras el cambio de mando y el nuevo presidente tomó armas. Rosenkrantz le ordenó a su antecesor devolver la CIJ y sus contenidos y dejó volar una analogía con CFK y el viejo Twitter de la Rosada. Las dudas sobre las escuchas y la respuesta de Lorenzetti.

por Marcelo Rielo



La convulsionada mañana de hace casi un mes, aquel el 11 de septiembre en que el mundo judicial nacional sufrió un temblor y se enteró que, de un momento al otro, el inagotable Ricardo Lorenzetti de repente había sido agotado y sería reeemplazado al frente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por el hombre de Mauricio Macri en ese organismo, es decir Carlos Rosenkrantz, ya parece lejana.

Si bien Lorenzetti llevaba ya 11 años al frente, tenía intenciones de seguir. había decidido continuar postergando sus intenciones de pasarse a la arena política hasta percibir un mejor entorno. Pero tres de sus pares lo sorprendieron con una nueva mayoría y acordaron elegir a uno de ellos como nuevo jefe. Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco, vieja aliada del rafaelino, apoyaron para la nueva tarea a Rosenkrantz. En ese panorama, el ahora exjefe de la justicia también le dio su voto. Quedó solo, en disidencia y plantado en la suya como frecuentemente, Juan Carlos Maqueda, avalando una imposible reelección.

Luego, fue todo formalidad, elegancia y corrección, y esas tonalidades fueron con la que hicieron público el traspaso, Sin embargo, eso duró poco y nada. Es que mientras Macri y sus cercanos discuten en los medios sus discrepancias acerca del poder judicial, Rosenkrantz dio por concluida la guerra fría y tomó las armas: sacó una resolución en la que responsabilizó a Lorenzetti de, básicamente, haberse llevado las "llaves" del Centro de Información Judicial (CIJ), el portal de difusión de noticias judiciales, y en la que lo acusó de haber desmantelado, entre sus últimas medidas como presidente, la Secretaría de Comunicación de la Corte, haberla dejado acéfala y haber puesto "en riesgo la continuidad operativa" del mencionado medio operado desde el máximo tribunal.

Por esta situación, "la Secretaría de Comunicación ha quedado acéfala y sin personal suficiente para cubrir las importantes competencias que le atribuye a dicha Secretaría la Acordada 42/2015. Tal acefalía ha hecho imposible el funcionamiento de la Secretaría en cuestión y pone en riesgo la continuidad operativa del Centro de Información Judicial"

"Hizo lo mismo que Cristina Kirchner cuando se llevó la cuenta de Twitter", fue un comentario que dejaron circular desde Tribunales desde sectores cercanos a Rosenkrantz. El argumento formal de la analogía con lo ocurrido con la excuenta de Twitter de Casa Rosada con la salida de CFK y la llegada de Macri es que en la justicia creen que el problema es que en el CIJ está la base de datos de los fallos. Por eso, Política Argentina pudo saber que en Tribunales muchos no descartan que el nuevo presidente de la CS podría usar esta resolución como precedente administrativo como para eventualmente inciar acciones legales, si la guerra con Lorenzetti alza vuelo.

Según detalla en su decisión que ayer publicó el nuevo presidente de la Corte, su antecesor trasladó a María Bourdin, que era la responsable de la Secretaría de Comunicación; a su segundo, Pablo Méndez, y otros "diez agentes", con lo que el plantel de esa
secretaría pasó de 18 empleados y funcionarios a 6 empleados. "Quedó acéfala", aseguró Rosenkrantz, y "sin personal suficiente para cumplir sus importantes competencias".

Ronsenrantz, también para argumentar lo duro de la resolución, advirtió que por una acordada de 2012 la secretaría depende en forma "directa" del presidente del tribunal y que, como tal, él necesita "de modo urgente" contar con "los medios para continuar el servicio" provisto por el CIJ, "entre los que se cuentan el acceso exclusivo e irrestricto a la página web". Por eso, encomendó al secretario general de administración de la Corte que recupere la "totalidad de los dispositivos tecnológicos que posibilitan el
manejo del sitio web" del CIJ, los ponga a su disposición y que "asegure de modo urgente" la seguridad informática del sitio web y "la administración exclusiva del mismo en cabeza del presidente de la Corte".

La resolución es inédita y expone una disputa interna entre la nueva y la vieja conducción del tribunal por el control del portal de noticias judiciales, pero, también según versiones de Tribunales, puede dejar expuesta la debilidad política interna del nuevo jefe. Sucede que la firma del escrito vulnera una tradición de que cualquier medida sobre el funcionamiento de oficinas dependientes de la Corte debe discutirse y adoptarse por acuerdo en una reunión entre ministros.

Además, el abandono de la guerra fría por parte de Rosenkrantz y esta avanzada por la CIJ, según averiguó Política Argentina, podría tener un en realidad el verdadero botín en otra importante oficina que también funciona bajo la órbita de la Corte: la Dirección de Captaciones de Comunicaciones del Poder Judicial, es decir, el lugar desde el que el máximo tribunal controla las escuchas desde que gobierna Macri.




¿QUÉ DICE LORENZETTI?

Según versiones periodísticas, desde el equipo de comunicación que condujo el CIJ hasta la salida de Lorenzetti se mostraron sorprendidos por el agresivo contenido de la resolución de Rosenkrantz. Argumentaron que el nuevo presidente de la Corte tiene el control del sitio desde el 12 de septiembre, cuando sus anteriores responsables, Bourdin y Méndez, pasaron a formar parte de la vocalía del supremo rafaelino.

El antecedente que respaldaría este argumento es que el 1 de octubre, el CIJ subió un comunicado y una foto oficializando el cambio de autoridades con un formato y una estética distinta a la que se utilizó históricamente. Esa información habría sido subida a la web por periodistas que trabajan en allí por pedido del nuevo presidente del tribunal, según Infobae.

Bourdin habló con La Nación y desmintió fuerte a Rosenkrantz: dijo que el nuevo presidente tiene "el control total" del CIJ. "Yo pedí mi pase el 12 de septiembre, un día después del acuerdo (en el que se decidió el cambio de presidente), y estuvo notificado siempre. No fue sorprendido. Él tiene mi cargo disponible y si el CIJ está acéfalo, es porque no nombra a nadie", disparó.

No obstante, reconoció que un enviado del creador del 2x1 a genocidas, con cargo de "contratado", le demandó el viernes pasado a un programador del CIJ acceso al sistema y que se lo negaron. "Lo único que hicimos fue no entregar información a un agente externo a la Corte", justificó la adinistradora de la información judicial de Lorenzetti, y agregó: "El programador hubiera incurrido en responsabilidad si lo hacía".

Según Bourdin, Rosenkrantz puede contar con cualquier clave con solo pedirlo a la Dirección de Sistemas de la Corte. Esta idea se basa en un dato técnico que demoró la asunción de la que se especula que será la nueva conducción del CIJ. El 4 de octubre, el magistrado dispuso la contratación transitoria de Ariel Alberto Neuman, un magíster en periodismo, para hacerse cargo de la comunicación en la cumbre de magistrados del J20, que se desarrolla en el Hotel Alvear.



El 5 de octubre, al otro día, Rosenkrantz dispuso que se le otorgue con carácter urgente un usuario como administrador del CIJ. De eso habló Bourdin. Esa solicitud naufragó bajo el argumento de que en la resolución de nombramiento de Neuman no había alusión alguna a tareas vinculadas a la web judicial. 

En el Palacio explican que técnicamente el proceso de blanqueo de claves es muy sencillo. Basta con un llamado al Departamento de Sistemas y la adquisición de un token de seguridad similar al que utilizan los clientes de los bancos para procesos de autenticación. "La polémica se podría haber resuelto en cinco minutos", dicen, también según Infobae.



¿Responderá algo Lorenzetti en persona? Hasta ahora no lo hizo, pero de manera explícita o implícita, no contestar un golpe no es su estilo. Fuentes cercanas al exnúmero uno de la Corte adelantaron que planteará el tema en el próximo acuerdo que celebren todos los ministros, justamente teniendo en cuenta que la resolución de Rosenkrantz que lo hirió no fue producto de ningún acuerdo.