Ramiro Tagliaferro, intendente de Morón y ex marido de la gobernadora María Eugenia Vidal, participó de una carrera en el ex centro de detención clandestina Mansión Seré y fue escrachado. Los manifestantes lo recibieron con remeras que decían
"Macri, los derechos humanos no son un curro".
La inscripción en las remeras se realizó en alusión a las pintadas macristas aparecidas en plena campaña electoral con la leyenda
"El 22 se termina el curro", haciendo referencia a las políticas de derechos humanos implementadas por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
La incomodidad de Tagliaferro continuó cuando en el escenario montado para la ocasión tuvo que condecorar a un corredor discapacitado que quería manifestar su descontento con respecto a los graffities. Con los micrófonos apagados se pudo ver como el corredor muy disgustado hablaba con parte de la organización y el Intendente. Aunque debajo del escenario nadie entendía bien que pasaba, cuando el participante tomó el micrófono llegó a explicar que nunca le había pasado que no lo dejaran hablar.
"Lo que venimos siempre a esta carrera sabemos a que venimos y porque venimos acá", dijo enojado.
"Este premio se lo dedicó a la asociación Feré que son luchadores", siguió.
"No era tan difícil que yo dijera esto. Siempre me dejan hablar en todas las carreras y parece que hoy me lo niegan", relató.