El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, presidió esta mañana la misa exequial,celebrada desde las puertas de la catedral de Buenos Aires en honor al Papa Francisco.
En ese marco, el cura subrayó: "Recordemos palabras del Papa cuando nos decía: 'al mundo de hoy le falta llorar. Lloran los marginados, lloran aquellos que son dejados de lado, lloran los desesperados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades, no sabemos llorar. Ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpios por las lágrimas".
García Cuerva resaltó: “No terminamos de comprender ni de dimensionar su liderazgo mundial. Lloramos porque ya lo extrañamos mucho y no queremos que nos pase lo que cantaba Carlos Gardel en uno de sus tangos. ‘Las lágrimas taimadas se niegan a brotar y no tengo el consuelo de poder llorar’".
"Yo aprendí a llorar cuando veo un niño con hambre, un niño drogado en la calle, un niño que no tiene casa, un niño abandonado, abusado, un niño usado por una sociedad como esclavo'. O mi llanto es el llanto caprichoso de aquel que llora porque le gustaría tener algo más. Seamos valientes, decía el Papa, no tengan miedo de llorar", agregó ante los congregados.
El arzobispo destacó que “Francisco, a lo largo de su pontificado, desenmascaró proféticamente a varios demonios que hacen sufrir mucho a la humanidad”.
En ese sentido, habló de la guerra, “que favorece la ganancia siempre de unos pocos, en detrimento del bienestar de enteras poblaciones” y del demonio de la exclusión, de la cultura del descarte y la indiferencia”.
Por último, expresó: "Hoy lloramos a Francisco, lo hacemos desde lo más profundo del corazón, sin vergüenza, pero también con el dolor que nos une como pueblo, que nuestras lágrimas rieguen nuestra patria para hacerla fecunda en reconciliación y en hermandad".