
De acuerdo a lo publicado por el sitio de noticias, aproximadamente la mitad de los 25 miembros de la junta ejecutiva del Fondo tenía serias preocupaciones sobre el acuerdo de $20 mil millones. El crédito se aprobó para el máximo deudor del organismo, Argentina, que absorbe más de un tercio de los préstamos globales e incluye un desembolso inicial inusualmente grande para los parámetros del organismo.
Sin embargo, de acuerdo a lo publicado por Bloomberg, cuando la junta se reunió para aprobar el acuerdo en Washington, el 11 de abril por la noche, el acuerdo era prácticamente un hecho consumado. El gobierno de Milei había revelado previamente los detalles en una conferencia de prensa en Buenos Aires horas antes de la aprobación. Tres fuentes citadas por Bloomberg sostuvieron que
“algunos sintieron que el acuerdo fue impulsado por la dirección del FMI dejando la impresión de que primaron más los intereses políticos que los técnicos y planteando preocupaciones sobre el precedente sentado”.
El contexto global, asegura la nota, contribuyó a esta decisión. El presidente Trump ordenó revisar la participación de EEUU en ese tipo de organismos. Así, la decisión de conceder otro préstamo a la Argentina, aliada del gobierno de Trump, pudo haber estado impulsada por la decisión de Kristalina Georgieva de “buscar formas de demostrar su utilidad ante Trump”.
Así, sostiene Bloomberg, algunos de los miembros de la junta sintieron que no pudieron oponerse pese a sus dudas sobre el alto riesgo que representa Argentina para el organismo. “Temían las consecuencias de desafiar a la dirección y a EEUU”.