El rabino Fernando Szlajen destacó afirmó que “el gran legado” que dejó el Papa Francisco, es mostrar que “las voces de la fe” de diferentes religiones “no pueden separarse, sino que deben trabajar en conjunto”, para construir “un mundo más digno y más justo”.
“Francisco era un experto en convertir las diferencias en una fuente de enriquecimiento colectivo, porque cuando abordamos con humildad el desacuerdo, es enriquecedor”, expresó en diálogo con Radio Rivadavia.
El rabino remarcó que el Papa fallecido ayer “trabajó para que el diálogo no sea un mero intercambio de ideas, sino una producción interreligiosa para ayudar al bien común”.
"Francisco decía que un buen católico no podía ser antisemita porque Jesús era judío", resaltó Szlajen, el primer rabino académico en la historia designado por el papa Francisco como miembro titular de la Pontificia Academia para la Vida.
Szlajen aseguró que “tomar un desacuerdo como punto de partida para encontrar soluciones superadoras, es el gran legado de Francisco que lo distingue de todos los otros papas”.
“Personalmente hemos tenido muchas diferencias en temas como aborto o clonación, sin embargo, él tenía la visión de transformar las diferencias para ver qué es lo que nos une, y siempre era lo mismo, la defensa de la persona humana y soluciones en favor del bien común”, admitió.