La conductora y diva de la televisión
Susana Giménez opinó sobre la gestión de Javier Milei, celebró que “el mundo y Estados Unidos lo aceptaron” y aseguró que ya no le da "vergüenza" decir que es argentina. Además, se mostró preocupada por la inseguridad y consideró que en "Argentina habría que construir cárceles como las de )Nayib= Bukele”, el presidente de El Salvador.
“Me cayó muy bien cuando lo conocí.
Me parece que está haciendo las cosas bien. El mundo y Estados Unidos lo aceptaron”, afirmó en Susana en el programa de Jonatan Viale en TN donde consideró "un milagro" que el mandatario esté haciendo lo que prometió durante la campaña electoral.
En esa línea, la conductora remarcó: "
Ahora ya no me da vergüenza decir que soy argentina". "Antes te daba vergüenza porque nos decían ‘pobre... cómo les va’”, reflexionó la diva. “¿Antes cuando?”, repreguntó Viale ante lo que la diva respondió: “Con el Gobierno anterior, nos decían eso y nosotros respondíamos ‘ya va a pasar’. No sabíamos qué decir”.
Susana Giménez también habló de la inseguridad y consideró: "
En la Argentina habría que construir cárceles como las de Bukele". "Es brutal la cárcel de Bukele. Acá están hacinados. Algo quiere decir que él haya bajado los homicidios de 2000 a cero", señaló.
“Cuando yo dije que no quería vivir en Argenzuela, lo dije en serio. Lo sentía. Íbamos camino a eso, con los impuestos y todo. Era un horror. Quiero que nos convirtamos en los que es la Argentina, un país gigantesco, que hace muchísimos años fue el número uno”, manifestó.
También recordó la trágica muerte de su amigo
Gustavo Damián que la la llevó a lanzar su frase “el que mata tiene que morir” y aseguró que todavía mantiene esa convicción: “No hay ser hipócrita, lo dije cuando mataron de una forma cruel a mi querido Gustavo Damián. Él se había comprado una casa en un barrio peligroso y un día abre la puerta, entraron ladrones y lo tiraron a la pileta
. Me pareció una muerte horrible, era mejor que le dieran un tiro en la cabeza. ¿Cómo una persona va a hacer eso? Me volví loca. Lo dije y
vuelvo a repetirlo: el que mata tiene que morir”.