El gobierno de Javier Milei alcanzó un superávit fiscal en 2024, algo que no ocurría desde 2010. A pesar de cerrar el año con un déficit financiero en diciembre, debido a factores estacionales, los resultados anuales marcaron un giro significativo en las finanzas públicas del país. Según el Ministerio de Economía, el Sector Público Nacional (SPN) registró un superávit primario de 1,8% del Producto Bruto Interno (PBI) y un superávit financiero de 0,3% del PBI, contrastando con los déficits de 2023, que fueron del 2,9% en términos primarios y 4,6% en el financiero.
Según una nota de Ámbito, el éxito fiscal en 2024 se logró gracias a un ajuste de 4,7% en el déficit, lo que permitió al gobierno transformar un déficit fiscal de 4,4% en superávit. En términos de ingresos y gastos, los primeros alcanzaron los $98 billones, mientras que los segundos fueron de $93,8 billones, lo que permitió un superávit acumulado de $10,7 billones primarios y $1,7 billones financieros.
Esta mejora en las cuentas públicas se ve reflejada en la caída del gasto público, con una disminución real del 27,5%, el porcentaje más bajo desde 1994.
Los recortes en el gasto fueron significativos, con una notable disminución en áreas como las transferencias a provincias (que cayeron un 96%) y la inversión real directa (70%). Sin embargo, el gasto en programas sociales, como las asignaciones universales para la protección social, aumentó un 39%. A pesar de los recortes, las jubilaciones y pensiones representaron un 19% de la caída en el gasto, destacando la relevancia de este sector dentro de la política fiscal del gobierno.
A nivel mensual, diciembre registró un resultado negativo, con un déficit financiero de $1.55 billones, debido a un resultado primario negativo y un pago de intereses de la deuda pública. A pesar de este déficit, los ingresos crecieron un 133,5% interanual, impulsados principalmente por el aumento de la recaudación tributaria, especialmente en los impuestos a las ganancias, los débitos y créditos, y las contribuciones a la seguridad social. Sin embargo, los gastos primarios también aumentaron, especialmente en seguridad social y remuneraciones debido a los ajustes salariales.