En su discurso de inicio de año, el
Papa Franciso se refirió a la situación Venezuela y pidió que se respeten los derechos de todos los ciudadanos y de las personas detenidas en los últimos meses. Además reclamó diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición.
Este jueves en Caracas, Venezuela, se realiza una masiva manifestación, convocada por la líder opositora
María Corina Machado, en reclamo
a Edmundo González Urrutia sea reconocido como el presidente legítimo de Venezuela. La ciudad se encuentra militarizada y el centro de Caracas, donde se está el palacio presidencial fue convertido en una fortaleza militar. Desde la semana pasada hay un patrullaje permanente y en la zona hay centenares de agentes de seguridad fuertemente armados.
El Sumo Pontífice expresó su preocupación por "la grave crisis política en la que se debate" el país caribeño y consideró que “solo podrá ser superada con
la adhesión sincera a los valores de la verdad, la justicia y la libertad, a través del respeto a la vida, a la dignidad y a los derechos de cada persona, incluidos los de quienes han sido arrestados a causa de los sucesos de los últimos meses".
El largo discurso fue leído por un colaborador de la Santa Sede, ya que el Papa explicó que continúa “resfriado”. Además, llamó “al rechazo de cualquier tipo de violencia” y deseó “el comienzo de negociaciones de buena fe y finalizadas al bien común del país”.
Francisco también citó en su discurso a
Bolivia, “que está atravesando una preocupante situación política, social y económica” y a
Colombia, al desear que “con la ayuda de todos se pueda superar la multiplicidad de los conflictos que lastiman al país desde hace demasiado tiempo”.
El pontífice también hizo referencia, ante los 184 embajadores de los países con los que el Vaticano mantiene relaciones diplomáticas, a la situación en
Nicaragua, donde subrayó que “la Santa Sede está siempre dispuesta a un diálogo respetuoso y constructivo”. Y mostró la preocupación “por las medidas adoptadas con respecto a personas e instituciones de la Iglesia”, donde han sido arrestados y expulsados del país sacerdotes y obispos, así como interrumpido las relaciones diplomáticas.
Francisco
instó “a que sean garantizados adecuadamente la libertad religiosa y los demás derechos fundamentales”. “Efectivamente, no hay verdadera paz si no viene garantizada también la libertad religiosa, que implica el respeto a la conciencia de los individuos y a la posibilidad de manifestar públicamente la propia fe y pertenencia a una comunidad”, agregó.